Calentamiento global humano e irreversible

El informe de Naciones Unidas afirma por primera vez y de modo taxativo que el cambio climático es humano y que ya hay situaciones que son irreversibles

El nuevo informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) es inequívoco: se está produciendo un aumento global de las temperaturas en el planeta y la causa es la actividad humana. Por primera vez, este organismo de Naciones Unidas elimina las pequeñas dudas que podían quedar sobre la razón última del cambio climático, al afirmar, de modo taxativo, que el aumento de las temperaturas se produce por la masiva emisión de dióxido de carbono y otros dos gases invernaderos, el metano y un óxido de nitrógeno. El cálculo es que la temperatura media ha aumentado un 1,1 grado respecto a los años preindustriales y que parte del proceso es ya irreversible, de modo que a mediados de este siglo se alcanzará una desviación de 1,5 grados. Hay que considerar que este aumento es una media global, por lo que los impactos muchas veces son mayores y perceptibles. El sexto informe del IPCC, del que ahora se publica una de sus partes, indica que los fenómenos meteorológicos extremos que estamos padeciendo se deben al cambio climático: olas de calor como las sufrida en Canadá este verano o las recientes inundaciones de Alemania y Bélgica se deben a ello. Lo que el panel indica es que la humanidad nunca convivió con tan altas concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera, que es el principal causante del calentamiento del aire, la tierra y los océanos. Hay cambios que se dan por irreversibles, y uno de ellos es la desaparición del mar congelado del Ártico. El estudio contempla varios escenarios, de más leve a peor en función de cómo disminuyan o aumenten las emisiones de dióxido. Si no hubiese una reducción rápida y drástica, el planeta se enfrentaría a escenarios de subidas de 2 y de 3 grados, que supondría la multiplicación de sequías, olas de calor e incendios forestales en zonas donde la producción agrícola se vería muy comprometida. En los mapas publicados se observa cómo Andalucía, en particular, es una de estas zonas en riesgo. La producción energética a base de combustibles fósiles debe ser limitada hasta alcanzar una emisión cero de modo global. No serán las próximas generaciones las que lo sufran, sino también las actuales.

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