Una Constitución plenamente vigente

Tanto la Monarquía como el Estado de las Autonomías han sido y son fundamentales en el funcionamiento de la España democrática

Los españoles celebramos hoy los cuarenta años de la aprobación en referéndum de una Constitución que sigue plenamente vigente en sus líneas fundamentales, independientemente de que se puedan hacer algunas reformas puntuales para adecuarla a los nuevos tiempos. Como indica una encuesta que publica hoy este periódico, más del 91% sigue aprobando nuestra Carta Magna, aunque un 51% cree hay aspectos que necesitan mejoras. Sin embargo, La Constitución está sufriendo impugnaciones desde distintos flancos del espectro político, que ponen en duda dos figuras que están consagradas en la misma y que son fundamentales para el buen funcionamiento de la España democrática: la Monarquía y el Estado de las Autonomías. No se puede reivindicar la Constitución de 1978 sin aceptar que tanto la Corona como la descentralización administrativa y política del Estado han sido y son decisivas en la construcción de un país moderno, libre y próspero, como sigue siendo el nuestro, pese al enorme bache de la crisis económica.

El rey Felipe VI ha demostrado, especialmente con su acertado y valiente papel durante la crisis catalana, que es el garante de la unidad de España, lo que le ha supuesto que los enemigos de la integridad territorial y de la soberanía lo hayan colocado en el punto de mira de buena parte de sus críticas e iniciativas políticas. El monarca, hoy más que nunca, representa a todos los españoles por igual, independientemente de su credo, raza o condición política. Felipe VI ha hecho los deberes y ha modernizado la institución heredada de su padre, Juan Carlos I, el principal impulsor de la Democracia en España. Exceptuando alguna reforma en la regulación de la sucesión de la Corona para adecuarla a la igualdad entre sexos -algo que se producirá cuando las aguas de la política española estén más calmadas-, esta institución, basada en la tradición y la moderación, apenas necesita cambios. Por su parte, el Estado de las Autonomías ha sido fundamental en la construcción de la España plural. Pese a ciertos excesos que son innegables pero corregibles, las autonomías siguen siendo una manera útil de descentralizar el Estado y acercarlo a los más apartados rincones del país. También de dotar a los territorios de un lógico y deseable autogobierno.

Hace 40 años que más del 90% de los electores decidieron mirar hacia adelante y aprobar en referéndum la Constitución. Hoy la cifra de los españoles que aprueban la Carta Magna sigue siendo la misma. No es mal balance.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios