Las turbulencias mundiales ya están teniendo un efecto negativo en el comercio exterior de las empresas andaluzas. Así lo ha advertido la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Conocimiento, Investigación y Universidad, cuya titular, Lina Gálvez, ha realizado un llamamiento a la diversificación de las ventas exteriores como mejor forma de actuar ante las tensiones comerciales. Los datos de exportación de las empresas andaluzas no son malos y han crecido en los últimos años tanto en volumen como en número de países y de sectores, pero no es suficiente, sobre todo si tenemos en cuenta que a esas tensiones comerciales se han de sumar una serie de indicadores que apuntan a una desaceleración y un riesgo de recesión, según diferentes agentes y analistas. Por ello, conviene comenzar a tomar medidas y la diversificación es una de ellas, de forma que no exista una dependencia excesiva de determinados mercados y sectores. El ejemplo de la aceituna negra de mesa es el más recurrente y también uno de los más cercanos. Durante mucho tiempo, las exportaciones de este producto se han concentrado en los Estados Unidos y se vieron reducidas drásticamente cuando la Administración Trump decidió hace unos meses la imposición de unos duros aranceles. Una medida que pone en peligro una industria muy importante en Andalucía y que demuestra que no se puede poner el foco únicamente en un mercado del que al final depende la propia supervivencia. Y como el modelo proteccionista parece haber llegado para quedarse no sólo en Estados Unidos sino en otros países, conviene empezar a buscar ya otras salidas. En este punto, la Junta de Andalucía ha brindado su apoyo a las empresas de nuestra comunidad con instrumentos como Extenda, la Agencia Andaluza de Promoción Exterior, cuyos técnicos llevan años acompañando a muchos empresarios en países de todo el mundo para ayudarles a la hora de abrir nuevos mercados. Esta ayuda es especialmente importante en el caso de las pequeñas empresas que deciden lanzarse a la internacionalización de sus productos en un mercado que ya es absolutamente global. Andalucía cuenta con empresas punteras y modélicas, líderes en sectores como el agroalimentario o el aeronáutico, que han abierto mercados en todo el mundo. Hace falta que esa estrategia de internacionalización llegue a muchos otros sectores para que la economía andaluza crezca con independencia de los vaivenes políticos exteriores.
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