Espaldarazo e incertidumbre

El respaldo demoscópico a Pedro Sánchez no legitima una deriva hacia el PSC que causa una lógica preocupación

El sondeo electoral del CIS supone un espaldarazo para el PSOE de Pedro Sánchez a los pocos meses de su reelección en las primarias socialistas, aunque las dudas sobre la nueva postura del principal partido de la oposición sobre Cataluña y su idea de España no sólo permanecen, sino que generan mayor incertidumbre. Éste es un aspecto a considerar, por cuanto este respaldo demoscópico a Sánchez supondrá una reafirmación sobre su postura sobre la plurinacionalidad de España y su acercamiento a las tesis del PSC. El PSOE ha recortado la diferencia que mantenía con el PP desde el 11,6% al 3,9%, lo que supone una consolidación de la tendencia. Este partido deja de estar en peligro de bajar hasta una tercera posición, y el Podemos de Pablo Iglesias se queda definitivamente como segunda fuerza de la izquierda. Éste es el hecho más importante, ya que la subida de Sánchez también puede deberse a un efecto inicial por su reelección. En España no habrá elecciones generales hasta, al menos, 2019, y hasta que no se aprecie esta cercanía, la decisión del votante seguirá siendo muy volátil. Pedro Sánchez ya se ha presentado en dos ocasiones a unas generales y no parece que su partido vaya a adelantar al PP, aunque sí hay una reconciliación del PSOE con parte del electorado progresista que en su día se marchó a Podemos. La estrategia del nuevo secretario general es ésa: una aproximación a Podemos para obtener votos de su caladero prestado y un acercamiento al PSCen el asunto catalán. La última declaración de la presidenta federal del PSOE, Cristina Narbona, es preocupante, porque, al dar por hecho que habrá referéndum en Cataluña el próximo 1 de octubre - "pero será sólo un recuento", matizó-, se aleja del apoyo que el Gobierno necesita en estos momentos. El éxito democrático no legitima una deriva del PSOE que causa preocupación en Andalucía y en otras comunidades autónomas. Es necesario que este partido defina cuál es su posición sobre España, sobre la reforma constitucional que propone y sobre la nueva financiación de las comunidades autónomas. Por cuanto se refiere al PP de Mariano Rajoy, el Gobierno no logra capitalizar las innegables mejoras de la economía y parece lastrado por los asuntos de corrupción que le han afectado casi en todos los niveles, especialmente en aquellas comunidades autónomas donde ha gobernado. El desarrollo de la crisis catalana que tiene su hito principal el próximo 1 de octubre marcará el futuro inmediato de los dos grandes partidos, a los que la crisis de confianza política no ha logrado destruir, como vaticinaban algunos, aunque sí ha trastocado su hegemonía en los polos.

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