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España reconoce al legítimo líder de Venezuela

Guaidó es el presidente legítimo porque le sustenta la Asamblea elegida en las últimas elecciones libres que hubo en Venezuela

España reconocerá hoy a Juan Guaidó presidente legítimo de Venezuela. Ése es el compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez, una medida consensuada con las potencias europeas e instituciones como el Parlamento Europeo. Se trata de un reconocimiento que apenas tiene precedentes, ya que casi nunca se le ha negado la representatividad a quienes mantienen el control territorial de un país. Es una medida justa, que no llega tarde, pues, con independencia del rechazo que provoque el régimen de Nicolás Maduro, España necesitaba ir acompañada de otros aliados en una decisión que entraña graves incertidumbres para los españoles que viven en Venezuela y para sus empresas. A partir de ahora, España dejará de reconocer al actual embajador venezolano y adjudicará la titularidad de las cuentas bancarias a la incipiente administración del nuevo presidente. El régimen puede contestar en los mismos términos. Juan Guaidó es el representante legítimo del país porque la última elección democrática que hubo en Venezuela le dio la victoria a la oposición, que es mayoritaria en la Asamblea, y porque Maduro no ha prometido el cargo ante esta Cámara legislativa. El modelo de intervención de la oposición es, en este sentido, respetuoso con la legalidad vigente. Al lado de España, casi toda la comunidad internacional apoya a Guaidó y, en especial, los países americanos. Sólo México, por precaución, sigue confiando en una negociación que ha sido utilizada en el pasado por el sucesor de Chávez para ganar tiempo e intentar dividir a la oposición. Si no fuese por los mandos de un Ejército chavista, Maduro ya habría abandonado el país. Hay serias sospechas de que los altos mandos militares siguen apoyádolo porque su régimen le sirve de escudo protector. Muchos de ellos podrán ser juzgados por narcotráfico cuando Guaidó se convierta en el presidente venezolano. Y sus cuentas en el extranjero serán intervenidas. A Maduro sólo le queda el apoyo de Putin y de Cuba, cuyo régimen sostiene la levedad de lo que queda del chavismo en Venezuela. El país latinoamericano afrontará esta semana sus días decisivos, con la esperanza de que la fuerza del apoyo internacional empuje a Maduro al exilio. Pero el riesgo de que el país se divida de modo permanente o que se produzca una represión brutal es real. España debe presionar, porque puede, en la esfera internacional; a partir de ahora, no bastará con los pronunciamientos, harán falta acciones hasta que la posición de Maduro se haga, de una vez por todas, insostenible.

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