Internet: el Caballo de Troya del terror

El denominador común de los terroristas que actúan en Europa es su adoctrinamiento a través de internet y las redes sociales

Las declaraciones de condena suenan ya a retórica hueca e inútil. La ofensiva terrorista desatada por el yihadismo, que ha tenido en el Reino Unido sus últimos episodios en suelo europeo, requiere que se empiecen a tomar medidas efectivas para combatirlo. El desafío es de una enorme dimensión y limitarnos a esperar el próximo golpe es una actitud que va más allá de lo tolerable por una ciudadanía que se ve presa fácil del odio y del fanatismo. No es un problema cuya solución pueda ser rápida o fácil: en cualquier sitio puede saltar un loco fanatizado que busca morir causando el mayor daño y destrucción posible. Eso es así ahora y, desgraciadamente, lo seguirá siendo cuando el Estado Islámico sea derrotado en su cada vez más exiguo territorio en Siria e Iraq, una realidad que cada día se ve más cerca. Pero es precisamente en esa ideologización asesina donde está una de las claves del problema. Un denominador común de los terroristas que actúan en Europa es la presencia de internet y de las redes sociales como el elemento clave que los ha llevado a ser adoctrinados en el radicalismo criminal y en el desprecio por la propia vida y la de los demás. Internet actúa como el Caballo de Troya del terrorismo fanático en nuestras ciudades, con una capacidad tremenda de destruir mentes y ponerlas al servicio del pensamiento más sectario y violento del siglo XXI. Resulta difícil entender que mientras en los medios de comunicación tradicionales resultaría impensable que circularan planteamientos justificativos del terror sin una respuesta contundente por parte de las autoridades, en el gran medio de nuestra época, en la red, se puedan colgar vídeos y poner a circular mensajes que llaman a destruir nuestra civilización y que, además, dan instrucciones de cómo hacerlo. Basta darse una vuelta por Youtube o por Facebook -no hablemos ya del deep web o internet oculto- para ver cómo los mensajes terroristas son accesibles con absoluta impunidad. Hasta que la sociedad occidental no dé respuesta a este fenómeno estaremos dejando al descubierto un frente que contribuye a que tengamos la sensación de que la guerra contra el terror nos está ganando la partida. No son estos tiempos en los que se puedan aplicar normas de censura como las que se han padecido en el siglo pasado. Pero sí es evidente que hay que evitar que internet se convierta en el maestro y el guía de los terroristas. No es fácil ni es, desde luego, la única solución al problema del terrorismo de raíz islamista. Pero es un asunto que hay que abordar de manera urgente. Lo que está en juego es la vida de la gente.

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