Parón a una reforma necesaria para Andalucía

Ante la pasividad de Sánchez, la Junta tiene la obligación de seguir reivindicando la urgente reforma de la financiación autonómica

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dejado claro en las últimas horas que no abordará durante lo que queda de legislatura la reforma del sistema de financiación autonómica, una de las principales reivindicaciones de la Junta de Andalucía durante los últimos años. Antes que nada, hay que resaltar la paradoja de que Sánchez haya elegido como ministra de Hacienda -ramo del que depende este asunto- a María Jesús Montero, una de las personas que más ha reivindicado esta reforma durante sus años como consejera en nuestra comunidad autónoma. De hecho, cuando Sánchez la nombró ministra, todo el mundo lo interpretó como un espaldarazo a una reforma que el Ejecutivo del PP se encargó de ir aplazando hasta la desesperación. Sánchez coloca en una incomodísima posición a su ministra de Hacienda cuando apenas lleva dos semanas en el Gobierno.

La decisión de Sánchez supone un nuevo parón a una reforma que es más que necesaria para Andalucía, infrafinanciada en unos 4.000 millones de euros anuales, según los cálculos hechos en su día por la propia ministra de Hacienda. Asimismo, supone un jarro de agua fría para otras comunidades autónomas, como la de Valencia -curiosamente también crítica con la figura de Sánchez-, que ven cómo, al igual que Andalucía, no cuentan con la financiación suficiente para mantener los servicios básicos -fundamentalmente en educación, sanidad y asistencia social- para garantizar el Estado de bienestar. Si el presidente Sánchez está aprovechando un asunto tan serio y estructural como es la financiación autonómica para hacer cálculos políticos se equivoca completamente. También se equivoca si pretende usarlo como moneda de cambio con los independentistas catalanes. Como hemos apuntado en numerosas ocasiones, una financiación autonómica que no sea equitativa e igualitaria es, sencillamente, intolerable.

A nadie se le escapa que el actual sistema de financiación hace mucho tiempo que dejó de cumplir su función y que es una fuente continua de problemas y tensiones territoriales. Ante la situación creada, la Junta de Andalucía tiene la obligación de seguir reivindicando la reforma del sistema, pese a que en la Moncloa se siente ahora el secretario general del PSOE. Lo contrario sería una actitud incomprensiblemente partidista. Lo primero que se le debe exigir a Sánchez es la inmediata reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Ya se ha perdido demasiado el tiempo en este asunto.

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