Pedro Sánchez viajará en las próximas horas a Kiev, donde expresará su apoyo a Ucrania en una reunión que mantendrá con su presidente, Volodimir Zelenski. De este modo, el dirigente español dará el respaldo de España y de la Unión Europea a la defensa que está haciendo Kiev de su país, invadido por Rusia desde hace cerca de dos meses. El Congreso de los Diputados ha mostrado su apoyo masivo a la resistencia ucraniana, y España está prestando ayuda militar, humanitaria y a los refugiados de este país del este europeo. Entendemos que el viaje, no exento de riesgo, mejora la posición internacional de España, ahora que, de un modo claro, el presidente Pedro Sánchez se ha sumado a los esfuerzos de Bruselas y de la OTAN para salvar a Ucrania de la amenaza de una potencia nuclear. Sánchez arrincona, en lo político, a los ministros de Unidas Podemos, que se están cuidando de criticar a Vladimir Putin mediante una posición contraria a la guerra, en la que soslayan quién es el agresor y si el agredido debe defenderse con la ayuda de la OTAN. Los primeros dirigentes que viajaron a Kiev fueron los de Polonia, Eslovenia y República Checa, el 15 de marzo, en los primeros días de los ataques, pero no contaron con el respaldo -tampoco la oposición- de la Unión Europea. El papel que Polonia ha jugado ante Alemania ha sido esencial, porque fue su primer ministro quien terminó por convencerla de que era necesario el envío de armas a Kiev. Los dirigentes de las tres repúblicas bálticas, más implicadas por su vecindad con Rusia, también viajaron a ver a Zelenski, así como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el responsable de su política exterior, Josep Borrell. El último en viajar a Kiev ha sido el primer ministro británico, Boris Johnson. Ucrania va a seguir necesitando ayuda militar porque Rusia intentará, al menos, quedarse con toda la región del Donbás y con la costa del Mar de Azov.