Rajoy y Sánchez: Un buen clima a conservar

La reunión mantenida ayer entre Rajoy y Sánchez fue cordial y escenificó el acuerdo entre PP y PSOE en la cuestión catalana

La reunión que mantuvieron ayer el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se desarrolló en el ambiente de cordialidad y buenas maneras que debe primar en este tipo de encuentros. Era la primera vez que se veían el jefe del Ejecutivo y el del primer partido de la oposición desde que éste reconquistase la Secretaría General del PSOE y, aunque de sobra es conocido que las relaciones personales entre ambos son manifiestamente mejorables, supieron estar a la altura de las circunstancias y escenificar el acuerdo en dos cuestiones de Estado fundamentales para España y Europa: la oposición frontal al referéndum ilegal que los independentistas catalanes han convocado para el próximo 1 de octubre y la renovación del pacto antiyihadista. Lejos, muy lejos, queda la brevísima y tensa reunión que celebraron Rajoy y Sánchez hace casi un año, que sólo sirvió para transmitir a la ciudadanía la sensación de que los puentes entre Gobierno y oposición estaban completamente destruidos, algo que nunca es de recibo en una democracia que se tiene por avanzada. Evidentemente, el nuevo clima entre Rajoy y Sánchez no significa que no persistan importantes diferencias entre ambos políticos sobre las soluciones que hay que aplicar para afrontar los numerosos problemas políticos, sociales y económicos que tiene el país. Es más, podríamos decir que no es deseable que así sea. En una democracia es importante que tanto el Gobierno como la oposición jueguen el papel que los ciudadanos el han asignado, y una excesiva concordancia supondría la desaparición de una alternativa dentro del sistema, hueco que siempre puede ser ocupado por las fuerzas antisistema. Sin embargo, insistimos, es importante que no se pierdan los canales de comunicación entre ambas entidades y, tampoco, los grandes acuerdos en cuestiones fundamentales como Cataluña, los cuales deben estar muy por encima de las disputas políticas. Tras la reunión de hace un año en el Parlamento, un tenso Pedro Sánchez afirmó que había sido totalmente "prescindible", unas palabras que nunca debieron ser dichas y que aumentaron la desafección que sienten muchos ciudadanos hacia la política. Ahora, tanto Rajoy como el socialista tienen una nueva oportunidad para reconstruir un diálogo que nunca debió ser abandonado.

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