Renovación del CGPJ, vuelta al punto de partida

PSOE y PP deben sacar algún tipo de enseñanza del fracaso anterior y pactar un nuevo CGPJ en el que se refleje el momento político en el que vivimos

La moción de censura de Vox, que en un principio se presentaba como una pérdida de tiempo, tuvo dos sorpresas importantes. La primera fue el brillante discurso del presidente del PP, Pablo Casado, que consiguió darle la vuelta a los augurios que lo consideraban como el gran perdedor de la moción y salió reforzado como líder del centroderecha español; la segunda, el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre la congelación de la propuesta de ley para cambiar el sistema de renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y así darle una nueva oportunidad al diálogo con los populares. Aunque Sánchez intentó presentar esta proposición como una cesión graciosa a Casado tras su giro moderado, a nadie se le escapa que la oposición frontal a la misma por parte de la Unión Europea y de gran parte de la carrera judicial hacía la reforma inviable. Su aprobación hubiese sido un auténtico escándalo y una señal de iliberalidad. Así las cosas, PSOE y PP vuelven al punto del partida de la negociación. Pero esta vez ambos deben sacar algún tipo de enseñanza del fracaso anterior. Casado debe comprender que no puede seguir bloqueando un organismo fundamental para nuestra democracia y que cualquier maniobra obstruccionista en este sentido va en contra del espíritu de la Constitución. Por su parte, Sánchez no debe empecinarse en dar a Unidas Podemos una dimensión que no tiene en este asunto. Porque el partido de Pablo Iglesias puede estar en el Gobierno, pero su peso en el Congreso de los Diputados (es decir, su representatividad de la soberanía popular) está por debajo del de Vox, un partido que no ha sido invitado a participar de la renovación del CGPJ. Ambos partidos, PP y PSOE, por tanto, deben pactar. Aparte, ya con más sosiego y menos prisas, habría que iniciar un debate sobre la politización de los principales órganos de la Justicia española. Europa ya ha dejado claro que, en lo posible, los partidos deben intervenir lo mínimo posible en la gestión de la Justicia. El otro camino, en el que están Polonia o Hungría, sólo nos coloca en el grupo de parias de la UE.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios