Represión tras el golpe

El incremento de la represión ha sido la respuesta al fracaso de la elección de la llamada Asamblea Constituyente

El régimen de Nicolás Maduro ha contestado con un incremento de la represión al fracaso de la elección de la llamada Asamblea Constituyente. Como agentes de los peores dictadores de la Historia, un grupo de militares de los servicios bolivarianos de Inteligencia sacaron de sus casas, de noche y sin orden judicial, a los opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma, ex alcalde de Caracas. Ambos ya se encontraban recluidos en sus domicilios en régimen de internamiento, pero sus llamadas a mantener las manifestaciones contra el régimen el día de la elección los ha llevado de nuevo a prisión. El Tribunal Supremo de Venezuela, controlado por el régimen, sostiene que ambos iban a escaparse, argumento ridículo que sólo nos recuerda a la banalidad del mal. Nicolás Maduro se encuentra aislado en la escena internacional, ningún país se ha creído la formación de esta Asamblea Constituyente, que simplemente es un Parlamento fraudulento para expulsar y anular al que salió de las urnas, de mayoría opositora. Queda demostrado que las vías de negociación, que bienintencionadamente mantienen abierta algunos dignatarios como el ex presidente Rodríguez Zapatero, no son una solución, ni siquiera transitoria, para un régimen que ha ido tomando una deriva dictatorial. Venezuela va a vivir en los próximos días situaciones más duras, ya que los asambleístas intentarán hacerse con el Parlamento, mientras los legítimos titulares tratarán de resistir. No es la primera vez que la Cámara ha sufrido asaltos de los leales de Maduro. Ni los países americanos ni la Unión Europea aceptan esta asamblea, y Naciones Unidas se ha sumado a las peticiones para que el régimen ponga en libertad a los presos políticos. La solución de Venezuela no pasa por la negociación con el régimen ni por el mantenimiento de Maduro, sino por la convocatoria de unas elecciones presidenciales, libres y bajo garantía internacional, que lleven la paz, la normalización económica y la recuperación democrática al país sudamericano. Los bolivarianos ya perdieron, de modo estrepitoso, las últimas elecciones legislativas, pero en vez de negociar o de convocar un referéndum revocatorio, tal como ha solicitado una mayoría del país, Nicolás Maduro ha reaccionado como los peores dictadores, con la represión y con un golpe anticonstitucional para eliminar el Parlamento. Es necesario incrementar, en estos momentos, la presión internacional y la presencia mediática en Venezuela ahora que todos los opositores, incluidos los propios parlamentarios o las fiscal general, están amenazados por un régimen convertido en dictadura.

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