El Rey llama a la concordia en el Congreso

El Rey también subrayó que todas las elecciones son un "triunfo" del pueblo, todos los resultados son legitimadores

Es posible que el Congreso de los Diputados sea uno de los lugares más crispados del país, lo que no deja de ser una terrible paradoja, puesto que sus miembros son representantes de distintas corrientes de opinión cuya función es consensuar desde visiones discrepantes. En la solemne apertura de la legislatura, el rey Felipe VI hizo un llamamiento a la concordia entre los diputados. "España -afirmó el Rey- no puede ser la de unos contra otros, debe ser la de todos y para todos". La legislatura se presenta complicada porque el Gobierno de coalición depende de los independentistas de ERC, pero hay que rechazar el tipo de diálogo que algunos quieren marcar, que no parece entre contrincantes, sino entre enemigos. Los parlamentos en las democracias representativas sirven para desenterrar el enfrentamiento entre trincheras. No hay una España contra otra, sino una que lleva cuatro décadas conviviendo en el marco constitucional en situaciones más graves que las de ahora. Corresponde a las direcciones de los partidos constitucionalistas que intenten encontrar puntos en los que sea posible dialogar y avanzar, más allá del programa propio de cualquier Gobierno. Pero el discurso del Rey también subrayó algo que hoy se pone en duda: cada una de las elecciones generales, incluso las que son repetidas, "es un triunfo del pueblo español". No hay votaciones menores ni resultados que no otorguen la legitimidad al presidente del Gobierno elegido por el Congreso. Gustará más o menos, pero lo que Felipe VI vino a reivindicar es que España es un Estado democrático, donde los resultados se deben respetar por todos los partidos que concurren a las elecciones. Y a ello añadió, recordando la Constitución, que es también un Estado social y de derecho. La coalición de Gobierno ha procurado, de momento, que un partido como Unidas Podemos entre y respete el juego institucional. No vamos a pedir que se vuelvan monárquicos, pero sí que entiendan que ésta es una democracia que, porque acepta a todos, se merece el respeto. Los partidos que se quedaron fuera de la sesión son aquellos que se oponen a la existencia de la España tal como la conocemos: Bildu y los independentistas catalanes y gallegos. No es extraño ni es nada nuevo, lo serio de este caso es que el Gobierno de coalición necesitará a ERC para aprobar los Presupuestos y seguir con la legislatura. Esto sí es algo que debe preocupar, pero de ningún modo se puede entender esto como una deslegitimización del Gobierno.

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