El Rey llama al diálogo sobre Gibraltar

El Rey pidió esfuerzos para que se encuentren "fórmulas satisfactorias" sobre el Peñón, cuya situación como colonia no se puede eternizar

El rey Felipe VI, consciente del momento crucial que atraviesan las relaciones hispano-británicas, no ha querido que su viaje al Reino Unido quedase reducido a una mera visita protocolaria y lo ha aprovechado para hablar, aunque con la lógica cautela y delicadeza diplomática , de dos temas altamente sensibles en estos momentos: Gibraltar y el Brexit.

La visita de los monarcas españoles al Reino Unido, donde han sido acogidos por la reina Isabel II con especial afecto y boato, no puede llegar en mejor momento. En los últimos tiempos, tanto el Brexit como la escalada verbal entre ambos gobiernos en torno al Peñón, han puesto un punto agrio a unas relaciones que, ya desde hace muchos años, son excelentes, en parte debido a los lazos de parentesco que unen a las dos casas reales. Por eso, hay que destacar muy especialmente que Felipe VI, en una sesión conjunta de la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes (algo así como nuestras Cortes Generales) haya hecho un llamamiento para que se redoblen los esfuerzos con la intención de buscar "fórmulas satisfactorias" para los dos países respecto al contencioso de Gibraltar, cuya situación como colonia no puede ni debe eternizarse. Sin mencionarlo, el Rey tenía muy presente el ofrecimiento que España ha hecho al Reino Unido para compartir la soberanía del Peñón, una solución lógica y razonable que el Reino Unido no puede seguir ignorando. España ya ha hecho un esfuerzo considerable en este asunto, y ahora le toca mover ficha a Downing Street.

Respecto al Brexit, el Rey pidió a los políticos británicos que el acuerdo al que se llegue con la Unión Europea garantice la "necesaria confianza y certidumbre" tanto a los ciudadanos españoles que viven en el Reino Unido como a los británicos que residen en España. Evidentemente, en este asunto la postura de España estará supeditada a lo que finalmente decidamos junto a nuestros socios europeos, pero parece claro que a todos conviene que, en lo posible y sin desnaturalizar la decisión del pueblo británico en el referéndum de salida de la UE, se mantengan en la medida de lo posible los derechos de unos y otros ciudadanos. El Brexit tiene que tener consecuencias, pero éstas deben afectar lo mínimo a los ciudadanos españoles y británicos. Con o sin Brexit, nuestras relaciones diplomáticas con el Reino Unido siempre deberán tener un lugar preferente, por lo que intervenciones como la del Rey ayer ante los Lores y los Comunes siempre son necesarias y oportunas.

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