El estudio Turismo cultural en Andalucía, realizado por la Junta, revela que uno de cada tres turistas que visitaron nuestra comunidad autónoma durante el pasado año 2016 lo hicieron por motivos culturales. Lejos de la imagen tópica del visitante que sólo quiere sol y playa, el informe dibuja un panorama en el que los museos, las exposiciones de calidad, los monumentos o los espectáculos teatrales y musicales son poderosos atractivos capaz de generar importantes recursos. Valga en este sentido un dato: los 8,3 turistas culturales que vinieron a Andalucía en 2016 tuvieron un gasto medio de 75 euros, una cifra muy superior a los 64,5 euros de gasto medio de los turistas convencionales.

El estudio de la Junta es importante y pertinente, sobre todo porque demuestra que el gasto en cultura, lejos de ser un lujo -como aseguran los menos informados- es una auténtica industria capaz de generar riqueza y empleo de calidad. Eso, evidentemente, no significa que toda política cultural pública tenga que ir dirigida a la promoción del turismo, pero refuerza claramente la idea de que todo lo que sea inversión en este área es rentable y, por tanto, necesaria. Además, el estudio deja claro que el turismo cultural es un fenómeno en plena expansión, es decir, que es una opción de futuro. En concreto, durante 2016, los visitantes que por este motivo vinieron a Andalucía subieron más del 12%, mientras que el crecimiento de otras motivaciones apenas llegó al 8%.

La promoción del turismo cultural tiene, además, otras motivaciones que no son las meramente económicas. La cultura es una magnífica tarjeta de presentación para Andalucía, porque transmiten una imagen creativa y de excelencia, muy lejos de los tópicos con los que, a veces, se dibuja a nuestra tierra. Además, el turista cultural suele ser una persona sensible y respetuosa con el entorno y las costumbres locales, que valora y cuida el patrimonio histórico y antropológico.

En conclusión, el turismo cultural -en el que podemos incluir también al de naturaleza- es rentable económicamente tanto por el empleo que genera y por la promoción que hace de Andalucía. Por lo dicho, este sector debe ser mimado especialmente por cualquier política de promoción turística de nuestra tierra y por los presupuestos anuales de la Junta. Con la cultura gana todo el mundo, tanto los turistas como los nativos.