Más fondos para mantener el patrimonio

La decisión de la Junta de cobrar por entrar en los museos garantiza el acceso de todos los andaluces a nuestro patrimonio histórico

La consejera de Cultura, Patricia del Pozo, presentó ayer al Consejo de Gobierno un informe sobre su proyecto de cobrar tres euros por el acceso a monumentos y museos, así como la creación de unas tasas para la cesión de estos espacios públicos para actividades privadas. De esta forma, la Junta acaba con una ley no escrita que, sin embargo, está muy arraigada en la mentalidad de todos: el acceso a la cultura debe ser siempre gratuito, algo que puede sonar muy bien, pero que supone un pozo sin fondo para las arcas públicas.

Por tanto, el proyecto de la Junta de cobrar por entrar en estos recintos es positivo, principalmente por dos razones. La primera, porque captará fondos para atender las muchas necesidades de nuestro patrimonio (la estimación, según las visitas en 2018, es de unos siete millones de euros). En este sentido, ya existen experiencias muy provechosas en Andalucía, como la de la Alhambra, monumento gestionado por la Junta cuya entrada cuesta más de tres euros. La segunda razón es que garantiza que ningún andaluz se quede sin disfrutar del patrimonio por cuestiones socioeconómicas. De hecho, el informe contempla eximir del pago a un amplio sector de la población: los menores de 18 años y los mayores de 65, los pensionistas, las personas con algún grado de discapacidad, los miembros de familias numerosas y las personas en paro. Por su parte, sólo pagarán 1,5 euros los estudiantes de hasta 25 años, los titulares del carné joven, los voluntarios culturales y los visitantes que acudan en grupos de más de ocho. Asimismo, habrá días festivos completamente gratuitos y tarifas reducidas para grupos. Con este amplio listado nadie puede decir que se está limitando el acceso de los ciudadanos a la cultura.

En el informe presentado ayer también se contempla la creación de tasas para la cesión de los museos y monumentos para actividades compatibles con el carácter de estos espacios públicos. De alguna manera, la Junta pretende impedir que se vuelvan a repetir polémicas como la producida por la cesión gratuita del Museo de Bellas Artes de Sevilla para un acto de una revista del corazón. Esta medida también es positiva y sólo cabe apuntar que se debe ser muy exigente para que los actos que se celebren estén verdaderamente a la altura de la calidad de nuestros museos y monumentos, que nunca deben ser banalizados ni considerados como meros salones de celebraciones de más o menos lujo.

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