Es necesario aumentar la ciberseguridad

Además de mejorar el trabajo de los estados, es imprescindible que los ciudadanos comprendan la necesidad de la seguridad informática

La primera conclusión que se puede extraer del reciente ciberataque a escala mundial que ha encriptado archivos de más de 200.000 ordenadores de 150 países distintos es lo mucho que queda por avanzar en la seguridad informática a escala planetaria. Independientemente de quién haya sido el responsable (en las últimas horas se ha culpado desde a piratas con motivos meramente económicos a la mismísima Agencia Nacional de Seguridad de EEUU, pasando por Corea del Norte, China o Rusia), parece que ha vuelto a quedar netamente claro que la interconexión de millones de computadoras en todo el mundo, si bien ha permitido una nueva economía repleta de virtudes y oportunidades, también es un campo abonado para nuevos tipos de delincuencia o ataques de carácter bélico que pueden hacer un daño de proporciones incalculables a los estados, a las empresas y, sobre todo, a las personas. En absoluto es descartable, por ejemplo, un ataque que bloquee el sistema de salud de un determinado país o su red de ferrocarriles o sus aeropuertos... Vivimos en un mundo mucho más eficaz que hace cinco décadas, pero también mucho más vulnerable.

¿Cómo mejorar la ciberseguridad? En primer lugar es importante comprender hasta qué punto la ciberdelincuencia va ganando la batalla, algo que será así durante décadas. Pasará bastante tiempo hasta que podamos desarrollar un sistema en el que la libertad propia de internet pueda convivir en armonía con elevadas cuotas de seguridad. Hoy por hoy, por decirlo de una forma popular, los malos van ganando. Para hacer frente a esta situación es necesario el trabajo coordinado de todos los países, creando y mejorando las instituciones encargadas de velar por la seguridad informática. Pero también es vital aumentar la conciencia de seguridad de los usuarios privados. Sin quererlo, un solo usuario puede propiciar un auténtico desastre, pero también puede detenerlo. Para ello es sumamente importante educar a las nuevas generaciones de usuarios en la necesidad de la ciberseguridad. Igual que no dejamos entrar a cualquiera en nuestras casas, todos deberíamos encargarnos de la seguridad de nuestros ordenadores personales.

El ataque del virus Wannacry no es el primero y, sobre todo, no será el último. La condición humana tampoco cambiará con las TIC, por lo que podemos vaticinar una larga vida a la ciberdelincuencia, pero es de vital importancia que se tomen las medidas para aminorar en lo posible sus efectos. Lo contrario sería suicida.

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