Ninguna vacuna sobra

En el momento en que la Agencia Europea del Medicamento la apruebe, no debería de haber ningún reparo para que las regiones adquieran la vacuna Sputnik

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, quiso dejar ayer claro que Andalucía pueda llegar a contactar con empresas como la fabricante de la vacuna rusa Sputnik V, si el ritmo de llegada de dosis de otras marcas no es el que la administración andaluza espera. En este sentido, el presidente andaluz no está solo, pues otras autonomías como Madrid y Valencia ya han iniciado los contactos, hartos del ritmo de tortuga que la vacunación está teniendo en el conjunto de la Unión Europea, cuya política de adquisición de vacunas contra el coronavirus ha sido, guste o no, un completo fracaso hasta el momento. Ayer mismo trascendió que el land alemán de Baviera ha firmado un preacuerdo por su cuenta para la compra de 2,5 millones de dosis de la vacuna Sputnik. En estos momentos en los que Europa va muy rezagada respecto a otros países con mucho menos nivel de desarrollo en la vacunación de la población, no se podría entender que se pusiesen trabas a que una región o país adquiera una vacuna que ya está funcionando con buenos resultados en muchos otros lugares del globo. Eso sí, sería deseable que todas estas adquisiciones se hagan de la manera más ordenada y coordinada posible, para evitar un caos que sería muy perjudicial tanto para la lucha contra el coronavirus como para la imagen de la Unión Europea, tan mermada en los últimos tiempos. Antes que nada hay que esperar a que la Agencia Europea del Medicamento apruebe el uso de la Sputnik en la UE, pero una vez autorizada no hay ninguna razón para que no se incorpore al proceso de vacunación de la población. Como bien ha señalado Moreno, si no se remedia "urgentemente" la lentitud en la llegada de vacunas, estos intentos de compra "probablemente se multipliquen" y las comunidades autónomas se lanzarán a contactar con "algunas empresas", "buscando algo que es fundamental, la salud de nuestros administrados". Andalucía no puede quedarse atrás. Ahora no se trata de pensar en las implicaciones geoestratégicas de una decisión que beneficia evidentemente a un régimen iliberal y cada vez más agresivo con Occidente, como es el ruso, sino de acabar de una vez por todas con la pandemia.

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