Becas Erasmus: aspectos críticos

Muchos estudiantes universitarios deciden realizar parte de sus estudios fuera de España, generalmente mediante las conocidas becas Erasmus, las cuales permiten cursar un semestre o un año completo en una gran diversidad de países. La elección del país de destino puede suponer un verdadero reto intelectual para el alumno, o bien, que los aprobados se consigan con asombrosa facilidad. En otras palabras: la exigencia académica con la que el alumno será evaluado en el país de destino está en función de la elección efectuada.

Destinos como Alemania, Reino Unido, Francia o los países nórdicos suelen requerir un nivel de exigencia equiparable al de España, siempre que se consideren universidades y facultades concretas. Por el contrario, otros países como Polonia o Rumanía han ganado fama entre los estudiantes como destinos favoritos para superar fácilmente las asignaturas que aquí no se consideran capaces de aprobar. Concretamente, si se considera un grado universitario estándar (240 créditos, 4 años) y se decide cursar un año completo de Erasmus, se dispondría de 60 créditos (25% del grado, unas diez asignaturas) para cursar en el país de destino. La clave reside en planificar bien dicho año de modo que entre esas diez asignaturas estén incluidas las de mayor dificultad de la carrera, con lo cual quedarían por superar en la facultad de origen aquellas otras materias menos difíciles.

La facilitación de los estudios propiciada por las becas Erasmus en ciertos países sigue teniendo plena vigencia y operatividad en el ámbito universitario, especialmente en las carreras técnicas. Debe tenerse en cuenta que para completar dichas carreras hay que superar las asignaturas que actúan como 'cuello de botella', es decir, las que suponen una gran dificultad para ser aprobadas, obstáculo que puede ser salvado mediante una beca Erasmus si se opta por realizar un año de estancia allá donde aprobar resulta bastante asequible, dado que la evaluación se realiza en muchos casos únicamente tras la presentación de trabajos, que a veces son grupales y aunque algún estudiante se desentienda consigue también aprobar. Así es como cierto alumnado Erasmus evita ser examinado de las asignaturas de máxima dificultad en la universidad de procedencia. Este asunto reviste gravedad cuando se trata de carreras técnicas con responsabilidad ante una catástrofe, como el colapso de una estructura: las consecuencias derivadas de tanta laxitud en ciertas evaluaciones Erasmus pueden ser desastrosas.

Considerando la carrera de Ingeniería civil en la Universidad de Granada (UGR), asignaturas tales como Estructuras metálicas, Electrotecnia, Teoría de estructuras, Ampliación de matemáticas y Dibujo técnico II, dado el rigor de los correspondientes exámenes, suponen un alto nivel de esfuerzo para superarlas, razón por la cual forman parte del 'paquete' que los alumnos Erasmus se llevan a los destinos ya citados para ahorrar esfuerzo intelectual y dinero (evitando segundas y terceras matrículas en origen). Ingeniería de la edificación, también en la UGR, tiene un 'cuello de botella' en el bloque de Estructuras (I, II, y III), que resulta bastante complicado y exigente, constituyendo la principal elección de los alumnos que realizan estancias Erasmus en destinos escogidos. En Arquitectura (UGR), al tratarse de un grado exigente tanto a nivel artístico como técnico, las asignaturas que suelen seleccionarse para cursar en el país de destino son: Análisis de formas arquitectónicas I y II, dentro de la parte artística, y Estructuras I y II en la parte técnica.

Resulta importante destacar que los becarios Erasmus que eligen 'Jaujalandia' como destino, además de aprobar con inexplicable facilidad, obtienen unas calificaciones más altas. He aquí un caso ilustrativo: la consecución de una media de sobresaliente en el bloque de Estructuras (9,5 puntos sobre 10), mientras que en la UGR cuesta mucho trabajo aprobar y alcanzar los 6 puntos. Como es obvio, las altas calificaciones incrementan la nota media del expediente académico y, por consiguiente, darán ventaja al optar a un puesto de trabajo así como en los procesos de adjudicación de becas para másteres y posgrados.

En resumen: el aprovechamiento de los resquicios académicos que presenta el sistema Erasmus, concretamente la laxitud de las evaluaciones en las carreras técnicas en ciertos países, quebranta la igualdad de oportunidades entre los estudiantes, favoreciendo a quienes han planeado rehuir la realización de los exámenes en la universidad de origen.