Bienvenido, Álvaro Castagnet

Para el mundo de las artes, la llegada de Álvaro Castagnet a nuestra ciudad significa un auténticco acontecimiento cultural y pictórico dada la gran transcendencia que tiene su presencia en esta capital maravillosa del sureste español, "donde el sol pasa el invierno". Aquí impartirá su Master Class de acuarela deleitando con sus enseñanzas a quienes venidos de España, Europa y de otros lugares alejados del planeta, llegan a la Galería de Arte "Trino Tortosa" para empaparse de la sabiduría de un artista genial que ha sido capaz de revolucionar el mundo de la acuarela en las tres últimas décadas de los tiempo presentes y cuando se encuentra en las mejores fluencias de su tiempo. Un ser especial, tocado por la magia de las musas que pueblan su mundo interior, para hacernos gozar unos días de su talento y coordialidad con exhibiciones al aire libre que sorprenderán a las gentes del lugar, ofreciéndoles un espectáculo de belleza inconmesurable.

Enumerar todos los méritos y reconocimientos que le acompañan nos aburriría. Eso sí, decir que dispone del mayor aprecio mundial y que está situado en la cima más alta de la consideración de la crítica internacional más cualificada y exigente. Así, Álvaro, como he dicho tantas veces, es un artista nato que pone sus ansias más puras al servicio de su espíritu creador y que eso en él es una condición innata que constantemente mantiene, pues sabe y tiene muy claro que sin ese firme propósito de ilusionada búsqueda, difícilmente se es artista.

No podemos olvidar que quienes caen en el inmovilismo de su arte son aquellos que reconocen que su capacidad creativa está agotada, pues pasan a ser copiadores de sus propias obras, apeándose del protagonismo artístico que hayan podido tener. Caso bien contrario al que le sucede al compatriota Castagnet, ya que los horizontes de su arte son cada vez más ambiciosos, como les sucede a los artistas de verdad, que nunca se conforman con lo que hacen.

Uno de los grandes aliados de Álvaro es su valentía de romper y saltarse a la torera la disciplina rígida del dibujo, reduciendo su acuarela a los mínimos toques e insistencias para convertirla en emoción pura, sincera y espontánea, fundamental en sus creaciones y amparadas todas ellas por el dominio de su técnica, extraordinaria, capacidad compositiva y su innegable maestría para entonar y encender los ambientes, con los fuertes contrastes que le imprime. Con la fuerza, el ritmo y el movimiento junto al sentido lumínico y colorista que consigue.

Así nos sorprende esta gran persona que ha identificado la acuarela con su temperamento y esa forma tan peculiar de entender la vida con los mismos impulsos emocionales.

El ejercicio didáctico que durante tantos años viene desarrollando por los lugares más recónditos del Planeta, denotan la gran sensibilidad que posee y su amor a los demás, pues disfruta como un "cosaco" cuando se siente cómodo con quienes tienen la suerte de compartir sus momentos de inspiración, de contar una historia que marca un antes y un después de la acuarela... Esa capacidad de compartir su arte le sublima y le hace aun más grande, sobre todo cuando se explica y trabaja por el principal asunto que da sentido a su vida... pasear su arte por el mundo importándole más que nada que aquello que hace estimula la afición de esta disciplina, tan de moda, imprecindible, como siempre para la mayoría de los artistas pintores.

Decir, por fin, que Álvaro se encuentra situado en las mejores fluencias de su tiempo y que hoy, está ya con nosotros, los almerienses, para que Almería siga engrandeciéndose con lus lecciones magistrales... Sé bienvenido a nuestra tierra en compañía de tu bella esposa, Ana.