Tribuna

jAVIER sORIANO

Coronel de Infantería DEM en la reserva

Calumnia, que algo queda

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Calumnia, que algo queda

Decía nuestro Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela que "A siete años de un suceso, el suceso ya es otro". Y esto es lo que está pasando con el Decreto de S. E. Rvdmo. Obispo de Almería nº 29/2019, de 26 de diciembre, por el que constituía una Comisión gestora que, a tenor de los Estatutos de la "Muy Antigua y Pontificia, Real e Ilustre Hermandad de la Santísima Virgen del Mar, Patrona de Almería", rigiera temporalmente esta asociación de fieles, convocara nuevas elecciones en el plazo de dos a tres meses, y diera paso al gobierno ordinario de la misma, una vez cumplidos los objetivos señalados en este decreto.

Cuando por fin se dé por cumplimentada esta orden (casi dos años esperando), ya pocos recordarán que el origen de este Decreto estuvo en unas elecciones convocadas con total legalidad y legitimidad, con un proceso electoral que se desarrolló sin incidencias, con arreglo y sujeción a las Normas Diocesanas y demás de aplicación, y sin protesta formal alguna por parte de quienes encabezaban la candidatura que resultó vencida, ni de otros miembros de la Hermandad, y tampoco por parte del Consiliario de la misma. La candidatura de Don Joaquín Berenguer Herrada obtuvo 216 votos frente a los 164 de la de Don Jorge Juan Fernández Compán, proclamando la mesa electoral este resultado.

Un Decreto en sí que, desde mi punto de vista, pudo contener algunas irregularidades, como el no identificar en el mismo a los hermanos cofrades que presentaron el Recurso Jerárquico a que se hacía referencia, lo que impidió comprobar su legitimidad para recurrir (de acuerdo a los estatutos), sin señalar así mismo los motivos alegados por dichos recurrentes como base o soporte de su impugnación de las elecciones, omisión que condujo directamente a la indefensión más absoluta de la candidatura ganadora, a la que no se dio traslado del escrito de impugnación (si es que lo hubo), para poder contestar debidamente a las supuestas acusaciones, antes de que se tomara una decisión al respecto.

Tampoco se solicitó al equipo ganador ninguna información para contrastar las supuestas acusaciones, ni se identificaron en el Decreto los medios de prueba utilizados para formar una convicción. Se hablaba también de "… malestar en algunos grupos de fieles cofrades de la hermandad de la Virgen del Mar, y siendo necesario un informe lo más objetivo posible, escuchando a las partes… ". Salvo error, los integrantes de la candidatura vencedora en las elecciones no fueron escuchados ni invitados a facilitar su propia versión de lo ocurrido.

Por último, no se decía expresamente que las elecciones hubieran sido anuladas, aunque el hecho de haber decidido "constituir una Junta Gestora que gobierne la Hermandad por un periodo de tiempo limitado y pueda convocar nuevas elecciones…" permitía entender que, efectivamente, lo habían sido, y la Hermandad intervenida.

A pesar de ello, el equipo ganador ha mantenido en todo momento una discreción absoluta, sin acudir a los medios de comunicación, cuestión esta que no ha respetado la comisión gestora, que en distintos medios ha dirigido severas críticas hacia la junta de gobierno convocante de las elecciones, rompiendo con ello su imparcialidad, y olvidando que en el desarrollo de la misión encomendada, debe ser escrupulosamente discreta y respetuosa con todas las partes, generando la impresión en la órbita de las Hermandades, el público de Almería en general, e incluso en los medios de comunicación, de que tan drástica medida obedeció a que los convocantes de las elecciones, la candidatura vencedora y la mesa electoral, habían cometido alguna clase de fraude.

Sería una osadía por mi parte afirmar que detrás de este proceso hay intereses espurios, pero sí da la impresión de que la comisión gestora está aplicando el "Calumnia, que algo queda", pues después del tiempo ya trascurrido y la campaña insidiosa en los medios de comunicación de esta "objetiva e imparcial" comisión gestora, sin haber presentado informe alguno (que se sepa) a la Autoridad que le dio la orden, al equipo de gobierno calumniado le va a resultar difícil demostrar su inocencia. Aunque, en definitiva, el responsable es quien dio la orden, que es el que tiene que verificar que se cumple de acuerdo a lo indicado en la misma, y evitar en todo caso la ruptura de la convivencia entre hermanos, que es a lo que está conduciendo este proceso, cuyo inicio, para tristeza de nuestra Patrona, vino a coincidir con el V Centenario de la Hermandad.

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