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Cien días de Pedro Sánchez

Sánchez se enfrenta a la realidad política y tropieza con la fuerza de los hechos, lo que explica sus constantes rectificaciones y bandazos en su "periodo de gracia"

Cien días de Pedro Sánchez Cien días de Pedro Sánchez

Cien días de Pedro Sánchez

Transcurridos los primeros 100 días, plazo de gracia que habitualmente se concede a todo Gobierno, creo que ha llegado el momento de analizar, fríamente y sin condicionamientos ideológicos, la labor del Gobierno del Dr. Sánchez desde su llegada al poder hasta el momento presente.

Ha quedado suficientemente demostrado, a estas alturas, que el único cemento que podía unir a todos los que cooperaron a su llegada a la Moncloa era el odio a Rajoy y el deseo común, independientemente de la motivación real que cada grupo político tenía, de su desalojo, cuanto antes mejor, del Palacio de la Moncloa.

En su afán de revancha personal y de la profunda egolatría del personaje, el Dr. Sánchez configuró apresuradamente un Gobierno que, aparentemente, cubría las necesidades de satisfacer a gran parte de la opinión pública y, al mismo tiempo, cumplía parcialmente las exigencias de sus ocasionales aliados. Eso sí, procuró mantener en un relativo secreto cuáles eran las condiciones o los pactos de actuación comprometidos con cada uno de los grupos que le impulsaron a la presidencia del Gobierno de España.

No podemos olvidar la enorme distancia que en el plano ideológico separa a las distintas fuerzas políticas en las que se cimentó la moción de censura. ¿Cómo podían conjugarse las exigencias impuestas por grupos tan dispares, como Podemos, PNV, Esquerra Republicana, Bildu y la antigua Convergencia?

Las divergencias entre ellos no solo afectan al concepto de Estado, indispensable para la estructura de Gobierno en un futuro a medio plazo, sino también en cuáles deberían ser las líneas básicas de actuación del Gobierno en temas tan fundamentales como, la economía, la acción exterior, la educación, los grandes temas relativos a la reforma de la Seguridad Social y la estructura del Poder Judicial y sus órganos de gobierno.

Fruto de la improvisación en la formación del actual Gobierno ha sido la forzada dimisión de dos de sus miembros. En el caso de Maxim Huertas, resulta curioso que el paladín de la anticorrupción y de la transparencia, no tuviera el más mínimo interés en asegurarse que uno de sus ministros había sido condenado, administrativamente, por defraudar, mediante el subterfugio, tantas veces denostado, de transformar ingresos que debían tributar por el IRPF personal en ingresos percibidos por una sociedad que, como todo el mundo sabe,tiene un tipo impositivo mucho menos gravoso y la posibilidad de aplicar unas deduciones que, en modo alguno, pueden aplicar los particulares.

¿Su precipitación en formar Gobierno "ad hoc" llevó al Dr.Sánchez a no cerciorarse de la idoneidad del ministro que pretendía nombrar?

Otro tanto, puede decirse de la ex-ministra de Sanidad, Carmen Monzón, que independientemente de su fidelidad a la causa personal del Presidente y de su acierto en gestionar la extensión de la Sanidad Universal, incluso a los inmigrantes sin permiso, sucumbió a la tentación de aceptar el regalo de un Master por el mismo Instituto Jurídico de la Universidad, Rey Juan Carlos, con lo que se equiparó a la defenestrada, Cristina Cifuentes, la cual fue blanco en el "pim pam pum" montado por el Partido Socialista y sus aliados, aderezado con el hurto de dos botes de crema facial en unos grandes almacenes.

Veremos en que quedan las desautorizaciones públicas que el Dr. Sánchez ha realizado públicamente a su ministra de Defensa por el asunto de las "bombas inteligentes" cobradas, antes de su entrega, por el Estado español al país de Arabia Saudí. Por cierto, qué poco se han oído y divulgado las protestas de determinadas organizaciones humanitarias, ONG, sobre el tema de las bombas inteligentes...¿por qué será? ¿Acaso no saben que la existencia de daños colaterales, producidos por estyye tipo de bombas depende de la programación electrónica de las mismas o del señalamiento personal, hecho sobre el terreno, por un grupo de comandos?

Como de costumbre, Sánchez se limita a formular enunciados y propuestas sin concretar la formulación práctica de las mismas, lo que le permite el que cada uno pueda entender aquello que más le interesa. Solo así se explica el giro que ha dado la entrega del armamento a los saudíes; pues, resulta curioso, ver cómo nuestro Presidente prtende descargar sobre los hombros del Gobierno anterior la venta de dichas armas, obviando que la razón fundamental de la entrega de las mismas se debe a la presión de los votos electorales que perdería en las fuituras elecciones andaluzas y a la amenaza que podría suponer Podemos que, movilizaría la Bahía.

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