Tribuna

Jorge Caparrós

Abogado

Eduquemos al derecho

La memoria no hace abogados, la memoria no crea jueces y mucho menos debería crear puestos tan importantes como a día de hoy en nuestro país crea

Dos estudiantes consultan unos libros en una biblioteca Dos estudiantes consultan unos libros en una biblioteca

Dos estudiantes consultan unos libros en una biblioteca

Hay algo que no estamos haciendo bien… Eso es algo que pensamos todos los que nos vemos atrapados por el sistema educacional mientras estudiamos la carrera de derecho. Hasta donde se no existe un baremo sobre las universidades donde sus futuros abogados salgan más preparados para el lado salvaje de esta profesión. Sin embargo, existen muchas listas sobre los abogados más famosos del mundo y las mejores universidades de derecho. Me pareció curioso investigar sobre lo mismo, y resulta que en ninguna de las mencionadas referencias existe ninguna aparición española. Tenemos de América del Sur, Francia, Inglaterra, Canadá, Holanda… Pero no hay ni la más mínima mención a nuestro país, y alguno como yo piensa al leer esto que es normal, y eso es lo que más me preocupa. ¿Por qué tenemos ese desinterés o desprecio a nuestra educación? ¿Por qué no mi país no resuena más en este ámbito? Como siempre la respuesta me la dio la experiencia, pues puedo decir por vivirlo que nuestro sistema es obsoleto. En otros países la simple idea de pensar en memorizar con puntos y comas un texto modificable anualmente y que se encuentra a pleno alcance de toda persona capaz de sostener un libro o teclear en un buscador de internet, es sencillamente ridícula. La idea de que un examen sea "en teoría" el 65%, en el mejor de los casos, de la valoración final de un futuro miembro de esta familia legal es absurda en un tiempo donde ya se ha enseñado que no hay mejor forma de educar que practicar. Y más teniendo en cuenta que los que hemos estudiado sabemos que en realidad al principio del curso, salvo excepciones, pueden decir misa sobre que lo que menos importan son los exámenes, pero demuestra actitudes y luego ten un mal día y suspende el examen y ya veremos que tiene más o menos valor. La educación ha sucumbido a la valoración, a las notas, desde hace años, por la necesidad del mundo de demostrar que hay alguien mejor que otro. Los padres abrazan a sus hijos incluso le compran maravillas por tener buenas notas, aludiendo al fantástico futuro que tendrán por delante, pero los más experimentados sabemos que las notas no definen a la persona y mucho menos a su prometedor futuro. Pero es esa arcaica necesidad de aprobar o suspender por el bien del alumno. Nunca he entendido esto último, pero os prometo que me gustaría saber si de verdad existen unas estadísticas que hagan crear la necesidad de suspender a un cierto número de personas por algún tipo de beneficio a la institución. Cuando era casi un infante escuchaba que el derecho era complicado, una carrera difícil pues requería mucha memoria. Pero es que eso no hace una carrera difícil, sino boba, reduciendo la aptitud para ser un letrado objetivo y equilibrado, a tener más o menos memoria. Y por supuesto hablo también de jueces, magistrados y fiscales. En otros países ser juez no va relacionado con la capacidad de mantener en tu memoria contenidos, sino con la especialidad y experiencia legal que hayas obtenido tras tiempo de trabajo. Consiste en presentar tu candidatura y ser valorado por un consejo de jueces, con interés políticos no definidos dando la importancia que merece al derecho y no al régimen político.

En conclusión, la memoria no hace abogados, la memoria no crea jueces y mucho menos debería crear puestos tan importantes como a día de hoy en nuestro país crea. Hemos llegado a valorar o incluso a definir a una persona por las notas de un sistema obsoleto. Y un servidor a nivel personal, comenzó la carrera con siete amistades, de las cuales cuatro cayeron en la batalla y el resto que se dedica aun a la abogacía, busca la oportunidad que merecen.

Un estudio a nivel neuronal del Instituto de Investigación Rotman en el Centro de Ciencias de la Salud de Baycrest estableció que no hay gente con más o menos memoria, sino que literalmente existen dos tipos de memoria: La que recuerda detalles (episódica) y quienes recuerdan los hechos en general (semántica). Entonces… ¿Hemos dejado que esto defina algo tan importante como es ser juez y abogado?... El futuro está en nuestras manos de nuevo, aspirando a una reforma que no dependa del gobierno, sino de un sistema que debería ser independiente y mirar por sus propios intereses para dejar de ser un arma política en otro debate. Dejemos de crear bases de datos andantes que requieren ser actualizadas y creemos personas para un mañana mejor.

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