Tribuna

José maría Martínez de Haro

Escritor y periodista

Elecciones ¿andaluzas?

En estas elecciones confluyen muchas incertidumbres que las urnas andaluzas podrán esclarecer en alguna medida

Elecciones ¿andaluzas? Elecciones ¿andaluzas?

Elecciones ¿andaluzas?

Q UE nadie se alarme, está claro que los votantes de Andalucía acudirán a votar a los candidatos autonómicos. Pero debajo de la esta evidencia subyace la cuestión que se decide más allá de las siglas que ejercerán el poder en la Junta de Andalucía. Por más que Susana Díaz y el PSOE andaluz hayan querido que se hablara de Andalucía, el patio no estaba en esta ocasión para sevillanas, ni malagueñas , ni verdiales. El personal está por poner banderillas en el lomo de Sánchez o de Casado. En este escenario de ajuste de cuentas Susana Díaz se desgañita para que la enfoquen y el tal Marín o Teresa Rodríguez son actores secundarios de un duelo a espadas entre el sanchismo y el casadismo. La machacona cantinela susanista sobre "su Andalusía" es el resultado de la ausencia de un mensaje estructurado sobre las necesidades de los andaluces, ahora y desde el comienzo de los tiempos. Por varias razones; porque no existe ese andalucismo que fuera base de una identidad o nacionalismo andaluz. Y lamento el disgusto de los más encendidos lectores pero nos sobran mitos prefabricados en la agitada política española. En contradicción con la fábula bien intencionada de Blas Infante , de la idea romántica ensalzada en cierta literatura y del marketing aglutinante en boca de políticos autonomistas lo cierto es que el andalucismo no existe como identidad reconocida social y políticamente en las provincias andaluzas. Andalucía no aparece definida como espacio propio hasta 1.810 cuando un grupo de cartógrafos franceses se ocuparon de dar forma a un mapa estratégico de España y comprobaron que en lo que hoy son provincias andaluzas no aparecían signos propios respecto al resto de la Nación. Investigadores, historiadores, geógrafos, incluso escritores están de acuerdo en que Andalucía era y sigue siendo simplemente el Sur.

A propósito de eso es procedente la cita del amplio estudio sobre orígenes del nacionalismo andaluz de Manuel González de Molina y Eduardo Sevilla Guzmán. El andalucismo como tal se genera a partir de la experiencias del Ateneo de Sevilla en fechas recientes aunque una parte de la literatura se empecine en descubrir diferentes variantes históricas no hubo tal andalucismo. Al contrario de lo que sucede en otras nacionalidades del Estado español; Cataluña, País Vasco y Galicia, Andalucía careció a lo largo del siglo XIX de una personalidad explícita históricamente considerada. Y así ha sido hasta el comienzo de la transición política a la democracia. Surge aquí la magistral estrategia del PSOE recién llegado de Suresnes y reconocido como las siglas históricas del socialismo hispano. Aquellos jóvenes sevillanos entendieron que habrían de dar forma a una especie de identidad andaluza que se gobernaría desde la izquierda socialista y forzaron el reconocimiento de las regiones con nula tradición nacionalista como Comunidades Autónomas. Andalucía debía tener su propio carácter identitario y el PSOE se ocuparía de darle forma. La cuestión que importa es que además del factor oportunidad como forma, el fondo no existía mas allá de algunos tópicos muy manidos. Y la forma y el fondo siguen siendo algunos elementos de ingeniería social muy bien llevados; el victimismo histórico , el atraso secular, el olvido y abandono , el campesino y el señorito, y otros cuantos prototipos que siguen siendo ciertos en la medida de los tiempos y que no se conocen en ninguna otra región de Europa. Se identifica el responsable de estos desajustes al que se señala con decisión; el Estado central Y así desde 1.981.

Pero la verdadera prueba que no existía ni existe nacionalismo es el fracaso rotundo el Partido Andalucista como expresión política de la nada. Existe ,eso sí , "el sevillanismo" expresión total del centralismo político de la Junta de Andalucía. Ese sevillanismo se contempla con cansina pesadilla en Canal Sur a falta de otra creatividad. Y en los tópicos de algunos comunicadores muy castizos ellos. Si acaso hay dudas del centralismo sevillano que le pregunten a algunos dirigentes políticos de la periferia andaluza, singularmente Almería. Los magos del PSOE han logrado en 37 años una obra digna de constar en los anales de la política; expandir la sensación de "amparo" ante tanta desventura si bien la inspiración llega de aquellos largos años del caciquismo en Andalucía. "El desamparo" es una sensación del alma antes que de la realidad. Y por ello se busca desesperadamente la respuesta del alma, el sentimiento. Y ese sentimiento se moldea mediante eficaz propaganda a la medida de la oferta del PSOE como partido y padre venturoso ante las desdichas. Por sencillo que parezca ha resultado un éxito. Y parece acreditado que el PSOE se identifica en el voto con aquellos que prefieren el" amparo" antes que acometer responsabilidades individuales. En eso se fundamenta el mensaje del PSOE y sus triunfos consecutivos . Ante este fenómeno social y político poco ha podido hacer ningún otro partido de centro o derecha. Hasta ahora. Y ahora parece que hay que considerar otras fuerzas políticas emergentes que cuestionan la simpleza del mensaje y afrontan la complejidad de estos tiempos. Algunos dirigentes socialistas andaluces no se han percatado aún de ello.

La mirada está en la situación política en España con signos inquietantes en aspectos donde se considera responsable Gobierno del PSOE y singularmente a Pedro Sánchez. En estas elecciones confluyen muchas incertidumbres que las urnas andaluzas podrán esclarecer en alguna medida, entre otras el futuro de Pedro Sánchez si acaso el PSOE no logra revalidar su hegemonía , el presente de Susana Díaz anclada en el perímetro andaluz y también el liderazgo de Pablo Casado dentro del PP que aún no ha logrado acompasar su discurso con la realidad carcomida del partido y las expectativas de sus votantes. A estas alturas cabe imaginar que el desgaste de la corrupción medular en la Junta de Andalucía no pase factura política en estas elecciones como viene ocurriendo desde hace décadas . Ni que los datos sobre PIB andaluz, las cifras de desempleo, las tasas de pobreza extrema, el atraso en relación a otras regiones de Europa, el fracaso en todos los niveles de enseñanza, la calidad de la sanidad.... etc. sean razones que motiven el rechazo a las siglas que han monopolizado el poder en Andalucía . Con lo único que no contaban es con el "efecto Sánchez" que pudiera mermar la intención de voto que muestran las encuestas aliñadas con pétalos de rosa por Félix Tezanos para complacencia del César. Y en esa incógnita acabo estas líneas, el próximo 2 de diciembre saldremos de dudas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios