Tribuna

JOSÉ Mª MARTÍNEZ DE HARO

Escritor y periodista

Encontrar al gafe

Una de las tareas urgentes que debieran plantearse los españoles sería averiguar quién es el gafe y donde se ubica. Escribo este artículo a las 21 h del día 21, del año 21, del siglo 21. Añadir que según puede deducirse, entre los 21 ciudadanos que se dedican a la gobernanza de este país muy probablemente hay un gafe con plena capacidad de atraer toda clase de catástrofes y desgracias. Tal vez estas coincidencias no signifiquen nada pero lo que está sucediendo en España supera con creces lo que sucede en el mundo. Se trata de enumerar las desgracias y catástrofes que se suceden mes tras mes, día tras día desde hace un año como referencia aproximada.

Iniciamos el año 2020 con la irrupción de un virus que se había detectado en noviembre/diciembre de 2019, fue localizado en la ciudad de Wuhan (China) y muy pronto se expandió por el mundo hasta llegar a España. Fue en enero de 2020 cuando se comunicó oficialmente por la OMS la alta capacidad de contagio del Covid 19. Hasta el 14 de marzo el Gobierno de España no consideró importantes los avisos y comunicados de diversos Organismos internacionales. Tras una evidente evasión de la realidad científica, ausencias y errores ocurrió lo peor que podría ocurrir según datos y cifras de aquellas dramáticas jornadas. Y sigue ocurriendo en este aciago mes del año 21. Quedan huecas y como pura propaganda triunfalista las palabras del Presidente del Gobierno en julio del pasado año en su comparecencia ante los medios de información para afirmar; "hemos derrotado al virus, controlado la pandemia y doblegado la curva". Cada cual puede calificar semejante irresponsabilidad.

Tras un verano de relativa calma la segunda ola hizo muy visible que el virus no estaba derrotado. Las cifras negras aumentaron de manera alarmante y la temporada se cerró con limitaciones a la actividad de bares, restaurantes y hostelería. Hasta la lúgubre Navidad con millones de infectados y cientos de miles de empresas en la ruina absoluta. Y estamos en la avalancha de la tercera ola del virus con índices de extrema gravedad para la salud de los ciudadanos y para la economía española. Si esto no bastara para imaginar la presencia funesta de un gafe en las tareas de gobierno, llegó la borrasca Filomena que arrasó a lo largo y ancho de España. Madrid presentaba imágenes dantescas y otras regiones del centro y del norte semejaban la estepa rusa. Un país colapsado incapaz de hacer frente a estas circunstancias tan adversas. Tras el paso de Filomena llegó de inmediato una ola de frio polar que agravó una situación semejante a un apocalipsis climatológico. Miles de toneladas de nieve, cientos de miles de árboles trochados y arrancados, daños en las cosechas, el sector agrícola y ganadero solicitando urgentes ayudas para subsistir. Frio, calamidades y las colas del hambre y del desempleo en aumento. Todo esto describe un escenario que jamás pudimos imaginar en los peores pronósticos. Pero ha ocurrido y siguen ocurriendo fenómenos extraordinarios que traen consigo nuevas alarmas y mucha intranquilidad ante el presente y el futuro. Los habitantes de región del Bierzo pudieron observar un meteorito que iluminó el firmamento con un tremendo estruendo.

Estos hechos podrían ocurrir por extraños que fueran pero jamás de manera sucesiva en el corto espacio de un año. Y aquí radica la cuestión. Según esas ciencias de lo intangible solo la expansiva energía negativa de uno o varios gafes se pueden atraer semejantes acontecimientos tan devastadores para España y los españoles. Es comprensible que haya quienes no crean en la potencia negativa o la misma existencia de los gafes. Pero cabe aquí recordar que en años pretéritos durante la transición política hubo quienes se ocuparon de identificar a un gafe en las áreas del Gobierno y lo encontraron rastreando sus múltiples gaferías. Se trataba de un ministro, ya fallecido, cuya trayectoria delataba su capacidad para contagiar a todos sus compañeros de gabinete con adversidades entre las que cuenta la aplastante derrota electoral que acabó con la existencia de su propio partido político. En todos los países del mundo hay una centenaria leyenda sobre gafes famosos. En España los gafes han abundado extraordinariamente. Cabe mencionar al rey Amadeo de Saboya , cuando contrajo matrimonio con Maria Victoria del Pozzo varios de los testigos se suicidaron, uno al acaba la ceremonia de un tiro en la sien. El conductor del carruaje que les trajo a España desde Italia murió aplastado al caer su carro por un despeñadero. Fue nombrado Rey de España por el General Juan Prim, el día que llegó a Madrid para ser presentado ante las Cortes y proclamarlo Rey se encontró con el cadáver del General Prim que había sido asesinado la tarde anterior junto al Congreso, solo pudo velar su cadáver. Su reinado fue tan efímero que el mismo se obligó a renunciar abandonando España para siempre. Según numerosos analistas políticos y periodistas otro gafe más reciente y en activo es José Luis Rodriguez Zapatero a quien se le atribuye la capacidad de hacer perder las elecciones a todos los candidatos extranjeros que apoya además de otra serie de fatalidades. Por estas razones el periodismo político en España siempre ha tratado lo relativo a los gafes de cada época. Renombrados articulistas se decían especializados en detectar gafes; César González Ruano cuenta que en su tertulia del Gijón cundía el pánico cuando entraba un político que hizo varios alardes de su potencial negativo. Un día al pedir un café en la barra , explotó la cafetera dejando ciego al camarero. También el más reciente Jaime Capmany cuya columna política en el diario ABC se refería al gafe de turno del cual decía no se podía nombrar ni escribir su nombre para no atraer la desgracia.

Hay mucha literatura sobre los gafes desde el comienzo de los tiempos. En estas circunstancias cabría mencionar los ahuyentadores de malos espíritus. Hace apenas veinte años había entre otros el muy famoso Padre Pilón que entendía y practicaba la localización de los posibles demonios, fantasmas y espíritus que transitaban por las casas y entraban en las personas a los que alejaba mediante exorcimos de supuesta eficacia. En el caso actual probablemente no bastaría un solo ahuyentador de gafes para neutralizarlo. Hay en internet grupos que dicen conocer los secretos de los enigmas telúricos. Y se cruzan apuestas sobre la identidad del gafe. Lo que está ocurriendo en estos días es de extraordinaria gravedad para la salud, los bienes y la economía en general. Pero el gafe se enroca en su áurea oscura y si alguien sospecha de él calla con temeroso sigilo.

Concluyen estas líneas con un acertijo; si tiene cara de necio y actúa como un necio es muy probable que sea un necio. Como silogismo; si tiene cara de gafe y actúa como un gafe es muy probable que sea un gafe. Hay que seguir atentos a todo lo que está ocurriendo y podría ocurrir.

Nota añadida; se trata de un relato literario entre la ficción y la ironía sin ánimo de señalar a nadie, si bien los hechos son suficientemente expresivos.

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