Tribuna

Manuel Peñalver

Catedrático de Lengua Española de la Universidad de Almería

La Moncloa bien vale un Tezanos

Que la leyenda es cierta, mientras no aparezca el manuscrito con la verdad caligrafiada por la sintaxis de Irene Lozano, la divina inspiradora de la prosa del Manual de Resistencia de quien ahora habita no el olvido, sino la Moncloa

La Moncloa bien vale un Tezanos La Moncloa bien vale un Tezanos

La Moncloa bien vale un Tezanos

Siento una gran curiosidad por adivinar, pero no soy un zahorí, lo que hubieran escrito Larra y Camba, Ruano y Campmany, Umbral y Martín Ferrand sobre Pedro I el Ególatra; de nuevo, Pedro I el Resucitado. Sale herido del debate de investidura por el as de espadas de Pablo Iglesias y aparece como en un pasaje bíblico don Félix Tezanos para convertir el agua en vino y pronosticar que el sanchismo, en la reciente encuesta, se sitúa al borde de la mayoría absoluta. Casado, Rivera y el mismo Iglesias quedan oscurecidos y como Pepe Reina, el gran portero del Atlético de Madrid, en aquella final frente al Bayern: sin saber si mirar a la portería o al abismo. Tezanos, hábil y mañoso, con la encuesta al pie de los caballos, recuerda que en abril clavó los resultados. Si esta intención de voto se confirmara, habría que preguntarse si Sánchez tiene más vidas que un gato (¡hasta siete!); o muere y resucita, sin ser Lázaro de Betania. ¿Habrá vudú encerrado? Si es así: ¿quién hace de vudú? ¿Iván Redondo, encorbatado en su traje del Corte Inglés, con más arrugas que Tutankamón? ¿José Félix Tezanos Tortajada, presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas, sabiendo que lo que siente no es lo que dice, como si estuviera entre Escila y Caribdis o entre Quevedo y Góngora, sin haber leído elBuscón? Yo no voy a decir, como Jorge Bustos, el jefe de opinión del diario El Mundo, que el problema es Sánchez, ya que la encuesta precocinada se encarga de desmentirlo. El Resucitado no es el problema, sino el teorema, la ecuación, el álgebra y la aritmética. Por ello mismo, un socialista histórico como el gran Berlanga, don Alfonso, eximio catedrático, poeta y político, le replica a este articulista: «Manolo, el jaque mate no lo ha dado Iglesias; lo ha dado Pedro». Puede que el tiempo y Tezanos le den la razón. Y Casado y Rivera se queden como el gallo de Morón: sin plumas y cacareando. Que la leyenda es cierta, mientras no aparezca el manuscrito con la verdad caligrafiada por la sintaxis de Irene Lozano, la divina inspiradora de la prosa del Manual de Resistencia de quien ahora habita no el olvido, sino la Moncloa. Lo quiera o no, las arrugas de Tezanos no son bellas y las canas níveas de la barba, tampoco. La calva del CIS no es como la del Alfredo Di Stéfano, puesto que no es igual vapulear al portero rival que a Casado, Rivera o Iglesias. ¡Para que luego se diga que no hay parcialidad y predilección! Fíjense y apunten en su cuaderno de notas lo que piensa de Sánchez: «Es una persona que tiene un carácter templado, habla con moderación y hace propuestas. Los que vimos el debate vimos un partido el cual presentó un programa con grandes proyectos nacionales». Ante este trato de favor, el señor Echenique no tiene pelos en la lengua; «Según el CIS, Sánchez no necesita negociar con nadie, porque, si decide obligar a los españoles que vuelvan a votar, sacaría un 127% de los votos y sería elegido rey de España, presidente de la Comisión Europea, papa de Roma y emperador del universo». El peregrino de la barba florida aúpa a un líder y hunde a los otros. Yo creo que el sociólogo se ha creído que es John Wayne, por la mañana, Gary Cooper, por la tarde y James Stewart, por la noche. ¡Y hasta Billy el Niño, si fuere necesario! A nuestro impertérrito director del CIS, ya lo único que le falta es decir que otrora fue el amante de Raquel Welch y la estrella invitada de Hollywood. Con la bendición de Pedro I el Resucitado y Carmen Calvo, la reina de Cabra. La Moncloa bien vale una misa (Paris bien vaut une messe. ¡Perdón, un Tezanos! Más cínico que todos los cínicos. Como si fuera Antístenes o Diógenes de Sinope. ¿Podremos considerar a don José Félix, discípulo de Sócrates en el túnel del tiempo? Sí: Pero con más cara que espalda. Y más jeta que ego. ¡Un paje espada mal barbado y un narcisismo infinito! Como en el soneto de Quevedo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios