Tribuna

Joaquín Revueltas

Profesor

Navidad diferente para vivir otra Navidad

Navidad diferente para vivir otra Navidad Navidad diferente para vivir otra Navidad

Navidad diferente para vivir otra Navidad

Desde hace ya muchos meses el mundo ha comprobado como un virus ha cambiado el sentido y ritmo de nuestra vida.

Todo comenzó en el mes de Marzo, y desde esa fecha nuestro día a día se ha visto mutado por la Covid-19.

Mascarillas y geles hidroalcohólicos se han convertido en nuestros mejores aliados para vencer el rozamiento de esta pandemia que ya se ha llevado a muchas personas, víctimas de esta pesadilla que nos ha tocado vivir.

Me sorprende mucho como algunas personas se saltan la normativa vital que nos ayuda a seguir viviendo, algunas siguen haciendo fiestas clandestinas, otras salen a la calle sin mascarillas contagiando a muchas personas que no tienen culpa.

Hemos pasado por dos olas cargadas de mucho sacrificio, con ellas hemos comprobado como su fuerza se ha colado en muchas casas arrebatando a familiares, amigos que se han quedado para siempre en esta época difícil y dura que jamás olvidaremos.

La Covid-19 no distingue de fortaleza física, edades, ni clases sociales. Quiero hacer mención a un amigo, buena persona y vecino, Damián Rodríguez Gómez, que cada día tenía una cita obligada con su baño en el paseo marítimo. Esta segunda ola se ha llevado a muchas personas víctimas de esta pandemia que desgraciadamente ya están sumergidas en esta marea que te atrapa y te aleja de la vida.

Pruebas virales y de anticuerpos se han convertido en los mejores antivirus para prevenir y frenar contagios.

Ucis llenas avisan de la gravedad de una situación que ha superado estadísticas; noticias y testimonios alertan y piden prevención, sentido común y responsabilidad.

Muchas personas están viviendo una situación económica dura y difícil, hambre y mucha soledad.

Aún así, algunas personas parecen que viven con los ojos cerrados a esta situación y no valoran ni aprecian su salud ni la de los demás.

Cierres perimetrales y restricciones por zonas, están intentado cerrar la transmisión de este virus ayudando a que el sentido común recapacite y se tiña de humanidad.

El tiempo que es inversamente proporcional a esta pandemia sigue su velocidad y se ha encontrado con luces y colores que anuncian la inmediata Navidad.

El gobierno está ideando un plan para estas fiestas, limitando el número de personas, flexibilizando el toque de queda y en definitiva intentado pintar una Navidad que está sumida en una realidad que no debemos olvidar. No tenemos que relajarnos, no debemos olvidar muchos nombres, muchos rostros que ya no están por culpa de una situación que no se relaja

nunca. Su curva está esperando que apaguemos nuestro ritmo para seguir subiendo y crear una posible ola cargada de miedo y de pérdidas. La verdadera Navidad, es tener a nuestros seres queridos vivos, conjugar el verbo estar, brindar por vencer una guerra que debemos y tenemos que ganar con las mejores armas, defensa y protección mental y humana.

Este año la puerta del Sol no estará llena de personas bridando por este 2021 que está a punto de comenzar.

Vamos a vivir la verdadera Navidad que nos contagie de humanidad a todos con sentido común y responsabilidad.

Se habla ya de la posible vacuna que nos ayude y nos salve. Tenemos que seguir luchando, protegiéndonos y sobre todo crear en nuestro interior la vacuna humana que nos ayude siempre a ser mejores personas.

Ojalá durante estas fiestas pensemos en la verdadera Navidad que tenemos que vivir para poder celebrar muchas Navidades con salud y vida.

Como dice una canción de Mecano, a ver si espabilamos los que estamos vivos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios