Tribuna

Juan José García

Experto en Inteligencia Económica y Competitiva

Necesidad de nuevos tipos de liderazgo

El valor añadido que proporcionan el buen liderazgo y un buen análisis de cada situación ayuda ahora más que nunca a prevenir, anticipar y conocer mejor ese futuro...

Necesidad de nuevos tipos de liderazgo Necesidad de nuevos tipos de liderazgo

Necesidad de nuevos tipos de liderazgo

Nadie duda de que las empresas son fundamentales para un país, son el motor de su economía y las que generan un gran número de puestos de trabajo. A la difícil situación que la mayoría llevan soportando durante muchos meses hay que unir la necesidad de tener que adaptarse, no solo al escenario post pandemia, sino a un mundo cada vez más complejo y competitivo y que en muchos ámbitos presenta un futuro incierto.

El mundo está cambiando a una nueva realidad donde las empresas necesitan más que nunca un pensamiento estratégico para mantenerse y avanzar en una realidad global que afecta mucho más que en el pasado. La generación de la globalización tiene que adaptarse a la nueva realidad.

Son muchos los expertos que ante la situación actual ponen en valor una línea de actuación que contemple la realidad de cada empresa, la necesaria innovación, la adaptación a nuevas situaciones, nuevos mercados y competidores y, también, una visión amplia de la evolución del mundo actual y las múltiples circunstancias que puedan afectar a cada ámbito empresarial.

En este contexto de incertidumbre, para dar la respuesta adecuada en cada caso hace falta un nivel de liderazgo que pueda anticipar el futuro y dirigir el cambio con el ritmo necesario. El liderazgo actual debe basarse en la experiencia y el conocimiento del ámbito profesional y a ello se deben unir los instrumentos necesarios para avanzar tomando las decisiones adecuadas. Las empresas que mejor se anticipen, innoven y cambien serán las que se adapten más rápido y las que no lo hagan, pagaran un precio por ello.

Un instrumento imprescindible es contar con una buena capacidad de análisis de cada situación porque ello aporta un valor añadido para la toma de las decisiones y pone de manifiesto que, utilizando las técnicas adecuadas, se puede procesar la abundante información disponible hoy en día sobre cualquier ámbito, facilitando la integración de las incertidumbres de cada momento y llevando a cabo una labor de prospección que permita a las organizaciones adelantarse a los acontecimientos.

Saber obtener toda la información disponible en cada caso y analizarla convenientemente proporciona un producto final que sirve para facilitar la toma de decisiones siempre, pero especialmente en momentos de crisis y de cambio. El trabajo del analista es un modelo de gestión de la información que puede hacer del resultado de su trabajo una ventaja competitiva, dando respuesta a la incertidumbre que generan los riesgos y amenazas que nos rodean. Tener analistas en las empresas, adaptados a su tamaño y sus necesidades, se convierte en un valor determinante por diferenciador.

Hoy en día la mayoría de las empresas hacen algo parecido, pero el salto de calidad viene dado por hacerlo de una forma especializada, estructurada y sistemática, dentro de un proceso que incluya la definición de objetivos y la obtención de la información necesaria y su posterior análisis para que sirva para la toma de las mejores decisiones. Eso es lo que de verdad proporciona una ventaja competitiva.

Las empresas están incorporando, cada vez más, equipos de analistas de la misma forma que las asociaciones empresariales, cooperativas o empresas especializadas están empezando a utilizar estos equipos para llevar a cabo este trabajo y poder satisfacer las necesidades de sus asociados. También se está empezando a incluir esta formación en el programa de algunas escuelas de negocios y en los planes de estudios de postgrado específicos en universidades para formar a los expertos que integrarán los equipos de las organizaciones públicas y privadas.

Si observamos cualquier ámbito vemos que los cambios a todos los niveles son constantes y la complejidad, si cabe, va aumentando con el paso del tiempo. El mundo es cada vez más competitivo y las empresas tienen que adaptarse a él haciendo válida la frase de Darwin de que "no son las especies más fuertes las que sobreviven, ni las más inteligentes, si no las que mejor se adaptan a los cambios".

El valor añadido que proporcionan el buen liderazgo y un buen análisis de cada situación ayuda ahora más que nunca a prevenir, anticipar y conocer mejor ese futuro al que necesariamente habrá que adaptarse.

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