Negociando nuestra libertad

Somos una vez más víctimas de un producto atractivo que, de nuevo de forma abusiva, nos impone unas condiciones que afectan a nuestra persona sin poder negociar

Negociando nuestra libertad

Negociando nuestra libertad

Cuando tenemos en nuestra lengua la libertad es, irónicamente, cuanto más amplia es la libre conectividad con el resto del mundo. Horas y horas de libertad de expresión, de imagen y de creación de contenidos en general, inundan a diario nuestro devenir. ¿Es esto real? Repasaría los pilares desde los derechos más fundamentales del ser humano, pero no vengo a hablar de la libertad sino de privacidad, y es como iniciar un debate absurdo entre si los celos son desconfianza, o valoración de la persona y temor a perderla. Yacemos en la más absoluta ingenuidad cada noche que la pantalla del móvil deja de iluminar nuestra cara, antes de dormir. Leísteis un titulo y dijisteis que sí a regalar vuestras imágenes e ideas.

Toda la red es un contrato constante, que se renueva una y otra vez sin posibilidad de negociación, convirtiendo un acuerdo en una imposición de condiciones por servicio. Estamos atados a cláusulas que dicen que para el contenido protegido por derechos de propiedad intelectual, como fotografías y vídeos, nos concedes una licencia no exclusiva, transferible, con derechos de sublicencia, libre de derechos de autor, aplicable globalmente, para utilizar cualquier contenido de PI que publiques en nuestra red social o en conexiones de la misma y que finaliza cuando eliminas tu contenido de PI o tu cuenta, salvo si el contenido se ha compartido con terceros y estos no lo han eliminado.

¿Qué qué significa esto? Únicamente que habéis regalado voluntariamente vuestras creaciones y por tanto libertades, pero esperad, porque a cambio plantáis tomates virtuales en la granja de vuestros amigos, cuidando del digital medio ambiente, y podéis saber que personaje de "Friends" sois, lo cual es terriblemente importante si lo comparamos con los beneficios que podéis obtener con vuestras imágenes o ideas en general. Ignoramos esto, porque de la misma manera que el tradicionalismo preside en el oeste y en nuestro propio país, tememos ser pioneros de lo diferente, que hoy día se asemeja a lo "raro". Es hipócrita decir esto y formar parte de la red y prometo no evadir mi responsabilidad, pues aun conociéndolo, lo acepté. Rasco en mis emociones para informar con mis palabras y no con mis actos, de que debemos más que nunca reunirnos y negociar nuestra libertad… O más bien los términos y condiciones de la misma. Porque vivimos bajo el yugo del abuso de nuestros derechos y libertades, excusándose nuestros captores en nuestra aceptación voluntaria. Ahora, en este mismo instante, tu red social se lucra de tu imagen, o de aquella frase tan ingeniosa que se te ocurrió. Robando, bajo acuerdo, y no de forma descarada sino en mercados que desconocemos o nos negamos a creer que existan, nuestra personalidad. Aquello que nos define…

Somos, una vez más, víctimas de un producto atractivo que, de nuevo de forma abusiva, nos impone unas condiciones que afectan a nuestra persona sin posibilidad de negociación. Importante hoy día es sólo aquel que menos privacidad tiene y por tanto el que se crea de forma ajena y no propia. Es así lamentablemente….

Mañana uno más volverá a aceptar dar todo de sí mismo a cambio de ser alguien para "seguidores" que lamentablemente le definirán. Pero está en nuestra mano, no borrarnos de un mundo social, sino definirlo con condiciones justas y negociadas a cada usuario o grupo de ellos. Reunir a un grupo de conocedores de esta verdad, y propagarnos como la mayor de las infecciones por una reciprocidad en todo contrato con Facebook, Instagram o Twitter entre otros. Es entonces cuando podremos llamarnos seres libres, que serán recordados por abandonar un condicionalismo gratuito por los derechos y las libertades de los que heredarán nuestros actos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios