Tribuna

Javier Soriano

Coronel en la reserva

La Virgen del Carmen está de luto

Es evidente que cualquier fecha que se hubiera elegido para este funeral de Estado iba a coincidir con efemérides en la historia de nuestra Nación

La Virgen del Carmen está de luto La Virgen del Carmen está de luto

La Virgen del Carmen está de luto

En el imaginario colectivo español se ha identificado a los Ejércitos con la figura de un protector sagrado: el Patrón o Patrona. Es habitual que la figura protectora esté encarnada por la Madre de Dios, a través de una advocación de Gloria. En el caso de la Armada, se acoge a la protección de la Virgen del Carmen, aunque existe constancia de una devoción anterior a la Virgen del Rosario, ya que según la tradición, una imagen de esta Virgen asistió a la Batalla de Lepanto a bordo de la galera de Don Juan de Austria, junto con una de un Cristo que a partir de entonces recibió el nombre de Cristo de Lepanto. Pero lo cierto es que por Real Orden de 19 de abril de 1901, la Reina Regente Doña María Cristina de Habsburgo y el Ministro de Marina Don Cristóbal Colón de la Cerda, Duque de Veragua, refrendaron con sus firmas la proclamación como Patrona de la Marina de Guerra a la Santísima Virgen del Carmen. El texto de esta Real Orden recogía que la Virgen del Carmen no es sólo la Patrona de nuestra Armada, sino la de todos los navegantes. Unos meses más tarde, otra disposición del mismo rango declaró festivo para la gente marinera el día de su Patrona.

Y esto es así porque el Duque de Veragua, planteó a la Junta Superior de la Armada celebrar una sola misa al año en memoria de todos los fallecidos de la Marina de Guerra, siguiendo el ejemplo del Ejército que, señalaba el Ministro: "celebran sólo una misa al año, al día siguiente de la Patrona, por todos los fallecidos del Arma o Cuerpo durante el año". A lo que los miembros de la Junta respondieron que no tenían Patrona. El Duque de Veragua se limitó a inquirir "¿a quién nombramos?". De esta reunión saldría la designación de la Virgen del Carmen. La prensa se hizo eco del nombramiento de la nueva Patrona de la Armada, señalando: "Al día siguiente de la festividad de la Patrona se celebrarán, en lo sucesivo, los sufragios por los marinos fallecidos, fiesta religiosa que se celebraba últimamente dos veces al año". Por eso, el 16 de julio es una fecha señalada en nuestro calendario por ser el Día de la advocación mariana vinculada oficialmente con nuestra Armada, como ya se ha indicado, desde 1901.

Es una celebración de carácter religioso, cuyos actos en honor de la Virgen del Carmen se suelen iniciar con la ceremonia eucarística en su honor en las diferentes parroquias castrenses y en el Panteón de Marinos Ilustres de la Armada, ubicado en la ciudad de San Fernando. Los actos suelen continuar con la ofrenda floral en memoria de los que dieron su vida por España, que aunque siempre presentes, en este día se les recuerda de manera especial al rendirles los merecidos honores, como es la tradición. Estos actos se celebran de manera muy significativa en los barcos que están en la mar, en misiones en el extranjero o desplegados fuera de su base.

Pero este año, Nuestra Señora del Carmen se vestirá de luto y las gentes de la mar celebrarán este día de un modo muy distinto a lo habitual, ya que este 16 de

julio ha sido el día elegido por el Presidente del Gobierno para celebrar la ceremonia de Estado de homenaje a las víctimas del coronavirus y a los servidores públicos que han luchado contra la pandemia, ceremonia que presidirá Su Majestad el Rey.

Es evidente que cualquier fecha que se hubiera elegido para este funeral de Estado iba a coincidir con efemérides en la historia de nuestra Nación. Pero, desde mi punto de vista, la designación del 16 de julio ha sido un "acierto", ya que no sólo coincide con la celebración de Nuestra Señora del Carmen, sino también con la victoria cristiana en la batalla de las Navas de Tolosa ese mismo día ochocientos años antes (en 1212), que enfrentó a un ejército aliado cristiano formado en gran parte por las tropas castellanas de Alfonso VIII de Castilla, las aragonesas de Pedro II de Aragón, las navarras de Sancho VII de Navarra y por voluntarios del Reino de León y del Reino de Portugal, contra el ejército numéricamente superior del Califa almohade Muhammad an-Nasir, en las inmediaciones de la localidad jienense de Santa Elena. No creo en la casualidad de teñir de luto un día tan significativo para todos los navegantes y el mismo que ocho siglos antes la unión de los reinos cristianos peninsulares les llevó a la victoria sobre el Islam en las Navas de Tolosa. Motivos habrá para que sea precisamente el 16 de julio este homenaje, aunque sólo lo sepa quién lo ha decidido. Ese día, la Virgen del Carmen estará de luto, y con ella, todos los españoles

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