Tribuna

Antonio martínez

Secretario de Organización del PSOE de Almería

Votar para ser escuchados

Este retraso es un duro castigo para los almerienses y pone en riesgo la prestación de servicios públicos en todos los municipios

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Votar para ser escuchados

La cuenta atrás ha comenzado. El próximo 28 de abril, tendremos elecciones generales y un mes después, el 26 de mayo, elecciones europeas y municipales. Tres procesos electorales cruciales en los que todos los ciudadanos y ciudadanas nos jugamos no solo nuestro presente, sino también nuestro futuro en términos de calidad democrática e igualdad de oportunidades.Votar no es solo elegir a unos u otros políticos que van en una lista, sino ser escuchados. Por eso, es fundamental que en esta ocasión nadie, tras conocer lo que ha pasado en Andalucía, se arrepienta de no haberse acercado a su colegio electoral.

Desgraciadamente, la nueva realidad política que nos ha deparado las elecciones andaluzas, con el pacto de la vergüenza de la ultraderecha, dirigido a favorecer a los más ricos y a crear más desigualdad, corre el riesgo de reproducirse en España y en nuestros municipios.Solo han hecho falta dos meses para descubrir al nuevo gobierno de Andalucía. No se van a crear los 600.000 empleos que prometían, solo se van a bajar los impuestos a los más ricos y, a través de una estrategia de mentiras, difamación y montaje, han decidido abrirle las puertas a la sanidad y a la educación privada en Andalucía, que son los servicios a los que se dedica la mayor parte del presupuesto de la comunidad.

No obstante, el tripartito de la derecha guardará esta agenda oculta hasta después de las elecciones generales y municipales, demorando de manera intencionada e injustificada la aprobación del presupuesto de la comunidad hasta entrado el verano.

Este retraso supone un duro castigo para los almerienses ya que pone en riesgo la prestación de servicios públicos en todos los municipios de la provincia y conlleva la paralización de obras fundamentales para nuestra tierra, como el Materno Infantil, la Autovía del Almanzora o el segundo hospital del Poniente.

Ante la grave amenaza de que esta epidemia de involución y recortes de derechos se contagie, los que creemos en una España de igualdad de oportunidades, que avanza a través del diálogo, tenemos la responsabilidad histórica de no escatimar esfuerzos en conseguir la máxima movilización de los votantes progresistas y moderados.

Frente a la exclusión que defienden algunos, escudándose en banderas y lazos, los socialistas salimos en estas citas electorales con el objetivo de que todos los españoles se unan para afrontar los desafíos verdaderamente importantes que tenemos por delante, que no son otros que acabar con la desigualdad, lograr un crecimiento más justo y acabar con la política del insulto, de la crispación y de la confrontación entre territorios que defienden tanto las derechas de la Plaza de Colón como los partidos independentistas.

Así lo hemos hecho durante los últimos nueve meses de gobierno socialista. Después de los siete años de recorte social, austeridad y corrupción del PP y a pesar del veto de los independentistas y de las derechas al presupuesto, hemos conseguido atender las cuestiones más urgentes de la mayoría social del país. En ese sentido, se ha recuperado la universalidad de la sanidad y se ha aprobado la subida de las pensiones y un incremento histórico del salario mínimo.

De esta manera, el debate de fondo en las próximas elecciones será elegir entre progresar en derechos o cuestionar los ya alcanzados, entre integrar o excluir a los diferentes, entre solucionar a través del dialogo los problemas territoriales o agravarlos mediante la confrontación.

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