Tribuna

Javier Soriano

Coronel de Infantería DEM en reserva

Un año ya de comisión gestora

Un año ya de comisión gestora Un año ya de comisión gestora

Un año ya de comisión gestora

En la madrugada del 21 de diciembre de 1502, la venerada Imagen de la Stma. Virgen del Mar arribaba al paraje de Torre García. El día 1 de enero de 1503, la Imagen comenzó a recibir culto público en su santuario, y unos años después, un 28 de enero de 1520, para fomentar su culto, la guarnición de Almería daba un paso al frente para crear la Real y Militar Hermandad de Santa María del Mar, origen de la actual Hermandad. Las casualidades de la vida han hecho que el mismo día y mes de la fundación de esta Real y Militar Hermandad, pero 400 años después (1920), se creara el Tercio de Extranjeros, actual Legión. Pero mientras la celebración del I centenario de La Legión se está desarrollando con la normalidad que la pandemia permite, el V centenario de la Real y Militar Hermandad de Santa María del Mar se ha visto empañada por una situación interna de gobierno desde que el mismo día de la Toma de Almería por los Reyes Católicos, pero de 2019, la Autoridad Eclesiástica emitiera un Decreto por el que constituía una Comisión gestora para regir "temporalmente esta asociación de fieles, convoque nuevas elecciones en el plazo de dos o tres meses, y dé paso al gobierno ordinario de la misma una vez cumplidos los objetivos señalados en este decreto". Es evidente que la misma Autoridad que emitió el decreto valoraría previamente la necesidad y oportunidad del mismo sólo unas semanas antes del comienzo del V centenario y su repercusión entre los hermanos cofrades y la opinión pública en general. Siendo el origen del asunto la impugnación de las elecciones del pasado 30 de septiembre y el malestar manifestado por algunos grupos de fieles cofrades, no se entiende que se hubieran celebrado estas elecciones sin que ninguna de las candidaturas hubiera manifestado objeción alguna al censo de cofrades ni limitación al acceso a aquellos datos que fuesen necesarios para emitir el voto. Cabría preguntarse que hizo la Junta electoral al respecto, al ser el órgano responsable de velar por el cumplimiento de las disposiciones referentes a las elecciones, y muy en particular para que todos los candidatos y electores reúnan las condiciones exigidas por los Estatutos (artículo 56). Un decreto en el que se establecía un plazo "de dos a tres meses" para convocar nuevas elecciones, pero cumplido un año de comisión gestora, se sigue sin tener conocimiento público del grado de cumplimiento de los objetivos señalados en el mismo decreto, ni fecha para estas elecciones. Es de suponer que no ha habido un error en el texto del decreto y que efectivamente se refería a meses y no a años. Da la impresión, y esto es un "juicio de valor" por mi parte, de que el "malestar manifestado por algunos grupos de fieles cofrades" viene derivado de la derrota en las elecciones de su candidatura que, de haber ganado, habría asumido la dirección del programa del V centenario elaborado por el equipo de gobierno anterior, que fue el que impulsó la candidatura que resultó ganadora. Y una comisión gestora en la que se ha integrado a alguna persona del equipo de gobierno anterior, con una evidente e inaudita demostración de deslealtad. hacia el que fuera su Hermano Mayor, llevándose a cabo todo este proceso con una falta total de transparencia ante la Asamblea General, órgano superior de gobierno de la Hermandad, que en ningún momento ha sido convocada. Quedan días para acabar el V centenario, que pasará a la historia con más pena que gloria, pero no será por la pandemia, a la que nos hemos tenido que ir adaptando, sino por la situación en el gobierno de la Hermandad. No dudo que el fondo del asunto tuviese la trascendencia para tomar las medidas adoptadas, pero no estoy de acuerdo con las formas y la oportunidad. Espero que la comisión gestora no sólo dé cuenta a la Autoridad Eclesiástica, quien la nombró, sino también a la Asamblea General, por respeto y consideración a todos los cofrades que integramos la Hermandad. Y esto lo escribo siendo consciente de que no soy un ejemplo a seguir en cuanto a implicación en los asuntos de la Hermandad, puesto que más bien soy un cofrade pasivo que se limita a pagar la cuota anual, asistir a la Asamblea General cuando esta es convocada, y a los actos y cultos que me es posible, pero siempre disponible cuando se me requiera, como así hice cuando se me propuso como pregonero. Espero que esta situación anómala termine de una vez y cuanto antes tengamos un Hermano Mayor elegido por la mayoría de la Asamblea.

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