Tribuna

Carmen Crespo

Portavoz del PP en el Parlamento Andaluz y parlamentaria por Almería

Lo aprendí de...

Pero no quiero caer en el error de la confrontación, pues creo firmemente que son tiempos de consenso y de diálogo

Lo aprendí de... Lo aprendí de...

Lo aprendí de...

En estos tiempos que corren en el panorama político en los que todos debemos hacer un mayor esfuerzo para fortalecer los valores de diálogo, consenso y trabajo por los demás, estreno columna semanal en el Diario de Almería muy agradecida a su director, Antonio Lao, por la oportunidad e ilusionada con esta nueva ventana de comunicación.

Abro esta ventana sin intención de ser crítica, ni de defender un guión preestablecido, sino con la idea de ofrecer, desde la humildad, mi visión de esos temas importantes que acaparan 'el café de las 3' de los almerienses. El fin es reflexionar sobre esas lecciones que no dejo de aprender de voces acreditadas, personas anónimas y líderes que, día a día, luchan para que Almería, mi tierra, sea la provincia dinámica e inconformista que es.

Como almeriense me identifico con ellas, porque quieren acabar con ese sentimiento de aislamiento real que se tiene en esta tierra que, a pesar de ser la que más aporta al PIB andaluz, sigue siendo la gran olvidada. Almería tiene 'sed de infraestructuras' y todos tenemos que hacer un esfuerzo para resolver esas demandas históricas que sin llegar son urgentes para dar ese valor añadido a la cultura del emprendimiento y esfuerzo que ya goza la provincia.

No se trata sólo de poner el acento en cuestiones como el AVE y menos si lo que se busca es el desgaste político, sino de trabajar desde todas las administraciones con seriedad, coherencia y rigor. Y aún reconociendo que el Gobierno ha tardado en dar una solución a la llegada del AVE, es importante hacer valer la política valiente, planificada y no la de inversiones sobre unos presupuestos que aguantan todo en el papel pero que no se ejecutan.

Son dos maneras de gestionar las que tiene el Gobierno de Rajoy y el de Susana Díaz. Al primero de ellos le honra hacer realidad una demanda histórica de los almerienses, la finalización de una A-7 que es clave para el empuje y liderazgo de los sectores agroalimentario, empresarial y turístico de Almería. Mientras que la gestión del gobierno andaluz está marcada por la acumulación de presupuestos que no cumplen con Almería.

Un fiel reflejo de ello es, por ejemplo, la Autovía del Almanzora, prometida hace más de 30 años, y de la que sólo han sido capaces de poner en servicio 22 kilómetros, quedando por invertir todavía casi 400 millones de euros para culminarla. Así como el Materno Infantil, cuyas obras van a un ritmo muy bajo y no hacen más que crear incertidumbre entre los profesionales de la sanidad a los que, además, están dejando solos ante tantos problemas. Sorprende ver, por tanto, a ciertos dirigentes pedir a los almerienses 'levantar la voz' cuando sus gobiernos acumulan más de tres décadas de incumplimientos.

No se trata de buscar la confrontación entre gobiernos sino de analizar las cifras reales de sus gestiones. El Gobierno destina 947,8 millones en infraestructuras de transporte e inversiones, la Junta sólo aporta 313,7 millones. Y en el caso de las carreteras la aportación de la Junta es de 111 millones en el Plan PISTA, mientras que el Gobierno destina 336,3 a Andalucía. Por ello, Susana Díaz tiene que dedicarse más a los problemas de los andaluces ya que es su primera obligación.

Pero no quiero caer en el error de la confrontación, pues creo firmemente que son tiempos de consenso y de diálogo. Sin duda, tiempos de poner sobre la mesa reivindicaciones justas y urgentes con sensatez y la seriedad que éstas requieren. Y eso es algo que aprendí de Diego Martínez Cano, el presidente de la Cámara que siempre ha sabido defender los intereses de los almerienses con la vehemencia que éstos precisan pero sin perder nunca de vista lógica y la coherencia que, también, debe de permanecer para buscar siempre una oportunidad y un buen acuerdo para Almería. Y es que, sinceramente, así lo creo porque no se trata de plasmar inversiones o realizar obras de vías muertas que no van a ningún lado, sino de planificar, como se ha hecho, para que el AVE llegue definitivamente.

Esa capacidad de diálogo que siempre hemos visto en Diego Martínez Cano es una de las lecciones de una semana que deja patente que todos debemos arrimar el hombro para acabar con ese déficit de infraestructuras que tiene Almería. Y por ello concluyo pidiendo al Gobierno de la Nación la mayor celeridad posible con el proyecto del AVE que han dado a conocer y a la Junta de Andalucía más sensibilidad con la provincia de Almería.

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