Tribuna

jUAN jOSÉ gARCÍA

Experto en Inteligencia Económica y Competitiva

La ayuda humanitaria en el mundo

La UE no establece ella misma los programas de asistencia humanitaria, sino que financia operaciones que ejecutan las distintas agencias internacionales y las ONG.s

La ayuda humanitaria en el mundo La ayuda humanitaria en el mundo

La ayuda humanitaria en el mundo

En nuestro mundo actual los niveles de desarrollo de los países son muy diferentes y todos estamos acostumbrados a referirnos al tercer mundo cuando queremos señalar a los países pobres y con mayores carencias de los productos y necesidades más básicas. Eso ha sido así a lo largo de la historia y los países del primer mundo han ayudado a los más necesitados de distintas maneras.

Hoy me quiero detener en la que conocemos como ayuda humanitaria que, en mi opinión, es la más necesaria, ya que tiene la finalidad de salvar vidas y aliviar el sufrimiento de la población afectada por una catástrofe o por un conflicto y que se hace en forma de dinero no reembolsable, alimentos, suministros médicos, ropa, etc.

La principal organización mundial para gestionar la ayuda humanitaria es la ONU, a la que la comunidad internacional confía la coordinación de las operaciones en las zonas donde la capacidad de las autoridades locales no es suficiente para hacer frente a la situación. Las organizaciones vinculadas a la ONU como ACNUR, UNICEF, OSCE, OMS y el programa mundial de alimentos disponen de fondos que aportan los países que participan en ellas y de donantes privados y desempeñan una labor fundamental a la hora de prestar la asistencia humanitaria y coordinar la respuesta a las emergencias.

En el caso de la Unión Europea, la ayuda humanitaria es uno de los ámbitos más importantes de su acción exterior. Es el principal donante de ayuda humanitaria del mundo, aportando una gran parte de los fondos mundiales de ayuda para emergencias. Si bien una parte de los fondos procede directamente de los estados miembros, la mayor parte sale del presupuesto de la UE, que para el periodo 2021-2027 tiene una asignación de 10.300 millones de euros para ayuda humanitaria.

La UE no establece ella misma los programas de asistencia humanitaria, sino que financia operaciones que ejecutan las distintas agencias internacionales y las ONG.s, comprueba la buena gestión y vela porque los bienes y servicios de sus socios lleguen a las poblaciones afectadas de forma rápida y eficaz y respondan a sus necesidades reales.

Cada país tiene una organización oficial para gestionar su ayuda humanitaria y en el caso de España es la AECID, que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación y asume la coordinación y el liderazgo de la acción humanitaria española en contextos afectados por crisis humanitarias, promueve la asociación con socios humanitarios relevantes, donantes, organismos internacionales especializados, organizaciones no gubernamentales etc.

La ayuda humanitaria funciona bajo los principios de humanidad, imparcialidad, independencia operativa y neutralidad y una de sus señas de identidad es que los actores humanitarios no deben tomar partido en las hostilidades y en las controversias de orden político, racial, religioso o ideológico que existen en los países de destino de la ayuda. Esto casi siempre es así, aunque en algunos países se prioriza la ayuda que sirve para reforzar los objetivos de política exterior y se dedica a la ayuda a través de agencias internacionales solo un pequeño porcentaje de la parte del presupuesto que destinan a ayuda humanitaria.

En diciembre de 2008 la Asamblea General de la ONU declaró el 19 de agosto como el día mundial de la asistencia humanitaria en memoria del atentado terrorista del 19 de agosto de 2003 contra la sede de las Naciones Unidas en Bagdad, que se cobró la vida de 22 personas, entre ellas el enviado especial de la ONU y un representante español. Ese día se rinde tributo a los trabajadores humanitarios que han sido asesinados o resultaron heridos en el desempeño de su labor y honra a todos los trabajadores humanitarios y a los profesionales de la salud que continúan a pesar de las dificultades prestando asistencia y protección a millones de personas.

En 2020, 243,8 millones de personas en 75 países necesitaron una ayuda humanitaria imprescindible para paliar, al margen de la pandemia, las consecuencias de las desigualdades, los conflictos y las catástrofes naturales. La concienciación de los que vivimos en países desarrollados para que se preste en la mayor medida posible es necesaria, porque las situaciones que las producen no van a dejar de existir.

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