Tribuna

Coronel Javier Soriano

Subdelegado de Defensa en Almería

El bombardeo olvidado de Almería

Lo que empezó como una maniobra de diversión sobre Ibiza para garantizar la llegada de pertrechos de guerra a Cartagena, acabó dos días más tarde con el bombardeo alemán de Almería

El bombardeo olvidado de Almería El bombardeo olvidado de Almería

El bombardeo olvidado de Almería

En la tarde del 29 de mayo de 1937 el "acorazado de bolsillo" alemán Deutschland fondeaba en el puerto de Ibiza para repostar. El petrolero Neptuno y el destructor Leopard le esperaban. Esa misma tarde Ibiza sería el objetivo de una maniobra de diversión de la flota republicana con base en Cartagena, en combinación con los bombarderos Tupolev SB - "Katiuskas" con tripulaciones rusas que despegaron de base aérea de Los Alcázares (Murcia).

El transporte armado español Magallanes con un cargamento de armas procedente de Rusia, era esperado el 30 de mayo en las costas de Argel para ser escoltado por los buques de guerra republicanos a Cartagena. Sabiendo que el Magallanes había sido detectado por la inteligencia nacionalista, el mando republicano decidió llevar a cabo la maniobra de diversión sobre Ibiza para desviar la atención nacionalista sobre el transporte. La flota, con el apoyo de la aviación republicana, atacaría la ciudad para después, a la caída de la noche, dirigirse al encuentro del Magallanes.

Solo 20 minutos después de fondear, los vigías del Deutschland avistaron dos cruceros y ocho destructores maniobrando a 15 millas al este de su posición. Cuatro destructores abandonaron la formación y rápidamente se aproximaron formando una línea de fuego a una distancia de ocho millas. En ese instante, la vigilancia antiaérea del Deutschland avistó en la dirección opuesta, por donde se ponía el sol, dos bombarderos que se aproximaban al buque, haciendo imposible el brillo del sol distinguir su identidad. Los aviones sobrevolaron el buque alemán lanzando 4 bombas. Tres lo alcanzaron. Casi de inmedialto los destructores republicanos lanzaron la primera salva de artillería a la que continuaron otras dos, sin alcanzar ninguna de ellas al buque, pero interrumpieron el fuego y se alejaron a gran velocidad al darse cuenta que se trataba de un buque neutral.

Las bombas lanzadas por los aviones republicanos sobre el Deutschland causaron 23 muertos y 83 heridos, muchos de ellos con quemaduras de gravedad. Al día siguiente los muertos ya eran 31. Como consecuencia de este ataque, Alemania e Italia amagaron con retirarse del Comité de No Intervención hasta recibir garantías efectivas de que no volverían a repetirse ataques como este.

Esa misma noche del 29, el mando alemán preparó la represalia ordenando que el Deutschland y su gemelo el Admiral Scheer, junto a varios destructores, tomaran posiciones frente a Cartagena en disposición de bombardear la base naval si se demostraba la implicación del gobierno republicano en este ataque.

Al día siguiente el Gobierno de la República emitía un informe admitiendo su responsabilidad, pero sin expresar ninguna disculpa al respecto. A su vez, el Almirantazgo alemán advirtió a su Gobierno que Cartagena estaba bien protegida, y si la represalia era necesaria, un blanco de menor riesgo podría ser Almería, en cuyo puerto se encontraba el acorazado republicano Jaime I. Al anochecer de ese día 30, Berlín tomó la decisión de bombardear Almería al amanecer del día siguiente con el objetivo principal de destruir el Jaime I. La escuadra alemana se aproximó a la costa almeriense sin el Deutschland que tuvo que retirarse y poner rumbo a Gibraltar para desembarcar a los heridos más graves, y atacó a la hora programada aun teniendo ya información de que el Jaime I había abandonado Almería el día anterior y se encontraba en Cartagena.

Los buques alemanes lanzaron 91 proyectiles de 280 mm, 150 de 150 mm y 48 de 88 mm sobre la ciudad y el puerto, causando 19 muertos y 55 heridos. Las débiles baterías de costa republicanas devolvieron el fuego convirtiendo también en blanco a los buques alemanes, pero no llegaron a alcanzarles.

El gobierno republicano se reunió el mismo día del ataque para decidir las medidas a adoptar, proponiendo el Ministro de Defensa Nacional Indalecio Prieto que la flota republicana buscara a la alemana y le infringiera el mayor daño posible. Al final, el gabinete presidido por Juan Negrín tomó la decisión de emitir una nota de protesta a la opinión pública mundial y a la Sociedad de Naciones, quedando la respuesta en este comunicado oficial que evitó una escalada política y militar de incalculables consecuencias.

Lo que empezó como una maniobra de diversión sobre Ibiza para garantizar la llegada de pertrechos de guerra a Cartagena, acabó dos días más tarde con el bombardeo alemán de Almería.

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