Tribuna

rubén san isidoro

Periodista

El deporte como modelo de estado

Los niños americanos nacen con una seña de identidad muy marcada. Practicarán deporte a lo largo de su vida porque es el aura que rodea a un país entero

El deporte como modelo de estado El deporte como modelo de estado

El deporte como modelo de estado

Los anillos de LeBron James, la racha espectacular de Tom Brady, el presente y futuro prometedores de Aaron Judge y el talento de Connor McDavid. Todos ellos, estrellas en sus respectivas disciplinas y elevados a la categoría de semidios por cualquier niño americano, suponen un ejemplo a seguir para todas aquellas personas que están empezando en el mundo del deporte y aguardan con paciencia el momento adecuado para saltar al estrellato. El objetivo de cualquier niño ya no es convertirse en astronauta o policía, sino ser un jugador de baloncesto, beisbol, hockey o rugby famoso. Hay muchos países que cada vez dedican más tiempo e inversión al deporte porque genera unos beneficios asegurados a largo plazo y te da la posibilidad de exhibirte al mundo en las grandes competiciones internacionales. Sin embargo, si tuviéramos que elegir uno sería Estados Unidos, la cuna del deporte como forma de vida. Estados Unidos es al deporte lo que el deporte es a Estados Unidos.

Los niños americanos nacen con una seña de identidad muy marcada. Practicarán deporte a lo largo de su vida porque es el aura que rodea a un país entero. Naces, creces y vives con deporte a tu alrededor. Los programas educativos en torno al deporte están a la orden del día y la fomentación de la participación de los infantes en dichos programas está enmarcada como uno de los objetivos de la sociedad americana durante toda su historia. Durante estos últimos meses he podido comprobar de primera mano el interés que tienen los más pequeños en el deporte. No solo lo practican con el objetivo de ser famosos en el futuro, sino porque tienen la oportunidad de jugar en equipo y hacer amigos al mismo tiempo. Esa es la verdadera esencia del deporte.

Obviando el potencial económico de Estados Unidos, que sin ninguna duda provoca que el deporte brinde oportunidades a cualquier persona, independientemente de su estatus, es reseñable también la forma en la que lo profesionalizan desde edades tempranas. El sistema educativo de Estados Unidos permite a los jóvenes deportistas prometedores formarse durante años y a su vez competir al máximo nivel universitario, adquiriendo conocimientos y un ritmo competitivo que puede llevarte al estrellato en un tiempo. Es de sobra conocido el acertado método del baloncesto universitario, que congrega a millones de aficionados a lo largo y ancho de la geografía norteamericana. No todos los jugadores tienen un futuro garantizado en la NBA, sin embargo, la universidad sirve de lanzadera de sus carreras, de espejo que atrae las miradas de cientos de ojeadores de equipos profesionales que intentarán pescar a una futura estrella en el talentoso mercado universitario. Y todo este sistema funciona gracias al modelo educativo que se imparte durante la enseñanza universitaria. En España normalmente, una persona que se quiere dedicar al deporte y a la vez cursar un estudio de grado, tendrá que elegir una de las dos. En Estados Unidos, la compaginación es sencillamente perfecta. Antes del inicio del curso, el horario está perfectamente planificado para la correcta combinación de horas de clase y horas de entrenamiento, y esto es posible gracias a la relación bilateral constante que se produce entre el claustro de profesores y los entrenadores del alumno en concreto. La flexibilidad de los horarios te permite la posibilidad de perder algunas horas de clase en beneficio del entrenamiento, pero siempre exigiendo un aprobado en todas las asignaturas cursadas. Otra de las patas de este modelo educativo es el de promulgar una carga mayor de contenidos prácticos, minimizando la realización de exámenes. Todo esto enmarcado en el mejor de los ambientes, un campus universitario, que generalmente puede tener el tamaño de una ciudad, y que sirve al estudiante para centrarse plenamente en sus estudios y en su futuro deportivo, sin la mínima necesidad de desplazarse a la gran ciudad más cercana.

He intentado hacer una aproximación a lo que significa el deporte en la mente de los estadounidenses, centrándome en los jóvenes. Necesitaría un manuscrito egipcio para hablar de las potentes becas deportivas que se ofertan y que facilitan sobremanera el aspecto llamativo de combinar tus estudios de grado con una carrera deportiva, que te puede garantizar, o no, el salto a la fama nacional y mundial. En este sentido, en España nos queda un largo camino por recorrer.

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