Tribuna

Juan José García

Experto en Inteligencia Económica y Competitiva

Las difíciles relaciones de Europa con Turquía

Viendo la relación entre la UE y Turquía, deducimos que será difícil que llegue a ser un país miembro por el alejamiento creciente en valores, derechos humanos e intereses en política exterior

Las difíciles relaciones de Europa con Turquía Las difíciles relaciones de Europa con Turquía

Las difíciles relaciones de Europa con Turquía

Las relaciones entre la Unión Europea y Turquía nunca han sido fáciles, en 1999 Turquía obtuvo el estatuto de país candidato, pero las negociaciones no han avanzado demasiado desde entonces y su adhesión a la UE no parece una opción realista en estos momentos. Los estados miembros están divididos entre los que, como Alemania, aceptan a una Turquía tal y como es, y los detractores, como Francia, que quieren limitar el acercamiento a una Turquía cada vez más alejada de los postulados de la UE. Las relaciones se han deteriorado en los últimos años por el carácter personalista del régimen turco dirigido por el presidente Erdogan, que ha desarrollado una retórica populista y nacionalista con fuertes tintes antioccidentales y ha puesto de manifiesto el deseo creciente de ocupar un espacio propio con mayor protagonismo en la escena internacional. Durante estos años ha habido errores por ambas partes, pero la deriva autoritaria en la que está sumida Turquía cada vez encaja menos en el marco de valores y principios de la UE.

A pesar de todo, la importancia de Turquía y su vecindad con la UE requiere mantener una relación que tenga en cuenta las necesidades de ambas partes, dejando el proceso de adhesión como una posibilidad para el futuro, pero que ayude a resolver cuestiones actuales como la inmigración procedente del Mediterráneo oriental o temas relacionados con la seguridad y la estabilidad en Oriente Medio. A la vez sería necesario un acercamiento basado en reglas y normas en cuestión de derechos humanos y buscar una solución a la falta de confianza mutua que existe en la actualidad.

En la reunión del Consejo Europeo de los días 24 y 25 de junio del presente año se ha vuelto a tratar la situación en el Mediterráneo oriental y la importancia de las relaciones con Turquía, que se consideran estratégicas por su influencia en la seguridad y estabilidad de la zona. También se ha reiterado la buena disposición de la UE para colaborar con Turquía de manera constructiva en una serie de ámbitos de interés común.

Uno de los temas más importantes desde que empezó la crisis en Siria ha sido la gestión de los refugiados que ha ocasionado y el intento de que se establecieran en suelo turco en espera de que pudieran

retornar a su país. La larga duración del conflicto y el hecho de que no se vislumbra una solución a corto plazo han hecho que el problema de los refugiados haya seguido creciendo y que Turquía haya pedido apoyo financiero y otras contrapartidas para gestionar la situación. Esa es una baza importante en manos turcas cuando se trata de negociar su relación con la UE.

En el seno de la UE se está trabajando en la elaboración de propuestas para continuar financiando a los refugiados sirios y las comunidades de acogida, no solo en Turquía, sino también en Jordania, Líbano y otras partes de la región, dentro de la política de migración global de la UE. Los líderes europeos se reúnen con frecuencia con el presidente turco para tratar sobre la gestión de los flujos migratorios y también sobre la colaboración en la lucha contra el terrorismo, la solución al conflicto sirio y el contencioso marítimo que enfrenta a Turquía con Grecia y Chipre. El caso de Turquía es una muestra más de las dificultades que plantean las relaciones de la UE con sus vecinos, lo vimos en mi artículo anterior sobre Rusia y lo vemos también con otros países de Oriente Medio y el norte de África. El de Turquía tiene el factor añadido de ser un miembro de la OTAN, donde coincide con los países europeos y con EE.UU. y que hace todavía más difícil buscar el equilibrio necesario para gestionar todos los temas importantes en cada momento.

Viendo la relación actual entre la UE y Turquía, podemos deducir que será difícil que llegue a ser un país miembro por el alejamiento creciente en valores, derechos humanos e intereses en política exterior. Sin embargo, el interés de la UE pasa por alcanzar un estatus de aliado estratégico en materia de seguridad y control de la inmigración, formando parte de un reducido grupo de países vecinos importantes para los intereses de la UE, donde estarían, además de Turquía, el Reino Unido, los países del Magreb y sería deseable que también Rusia.

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