A docente

Toc, trastorno obsesivo-compulsivo, es una afección mental que consiste en presentar obsesiones, compulsiones que no podemos controlar ni detener.

Estamos viviendo una situación de mucho caos mental, los geles hidroalcohólicos nos acompañan en nuestro día a día, guantes, pantallas, mascarillas.

Todos estos utensilios se han convertido en nuestros escudos protectores para luchar contra este virus que se ha quedado en nuestro mundo.

Nuestra mente, ahora más que nunca trabaja a mucha velocidad. Tenemos que tener cuidado con todo aquello que tocamos.

Ahora ir a la compra no solo consiste en adquirir unos productos y guardarlos, antes tenemos que desinfectar uno por uno y saber que está en perfecto estado para poder almacenarlos en nuestras cocinas.

Vamos a echar gasolina y tenemos que buscar los guantes para poder llenar el depósito.

Tocamos al automático de un edifico y después tenemos que desinfectarnos, sacamos dinero del cajero y tenemos que desinfectarnos rápidamente.

Ahora tocar algo equivale a peligro, en esa superficie puede estar el fastidioso coronavirus que ya forma parte de nuestra rutina diaria.

Las pantallas de los móviles, teclado de portátiles pasan su ducha de desinfección después de su uso cotidiano.

El TOC tiene un nuevo aliado que ha provocado una obsesión que no podemos evitar.

L a OMS advierte que hay que lavarse las manos continuamente, ha y que desinfectarse con gel hidroalcohólico y cualquier despiste se convierte en una auténtica pesadilla por saber si habré caído en la trampa y el virus se ha colado en nuestro sistema inmunológico.

Además, los comercios han puesto a la venta botes con un tanto por ciento de alcohol perfumado destinado a pulverizar sobre la ropa, zapatos, vehículos, y diferentes superficies.

En definitiva, todo este círculo de desinfección acompañado del compromiso que supone ha hecho que nos volvamos muy obsesivos, maniáticos de la limpieza viral.

La sociedad se ha olvidado de los pacientes que padecen TOC. Ahora más que nunca su vida se ha visto alterada por un nuevo personaje que ha trastocado y empeorado las manías de todos aquellos que sufren este trastorno difícil de controlar. Muchos están abusando de los geles hidroalcohólicos, automáticamente al entrar en cualquier establecimiento nos echamos, pero al salir volvemos a echarnos, pero es que algunas veces antes de la salida hemos vuelto a repetir la entrada echando más cantidad de gel.

Para muchos entrar en un aseo se ha vuelto una auténtica pesadilla, abrir el grifo, tirar de la cisterna, cortar el papel higiénico, abrir la puerta, todo esto supone muchas paradas, y mucho gel y lavado de manos.

En esta situación que estamos viviendo, muchos pacientes han comprobado cómo están mucho peor, otros han entrado en la lista de esta nueva enfermedad que va unida a toda manía repetitiva y compulsiva.

Desgraciadamente la salud mental es una pandemia que sigue su curso y su unión con el miedo a contagiarse ha elevado y perjudicado su equilibrio.