Tribuna

Juan José García

Experto en Inteligencia Económica y Competitiva

El futuro de la inteligencia artificial

Cada vez más la producción industrial está en manos de máquinas controladas por IA, también muchos servicios que gestionan datos y relaciones con personas

El futuro de la inteligencia artificial El futuro de la inteligencia artificial

El futuro de la inteligencia artificial

La Inteligencia Artificial (IA) es la capacidad de un sistema para interpretar correctamente datos externos, aprender de dichos datos y emplear esos conocimientos para hacer tareas concretas adaptándose a los cambios que se produzcan, lo que la asemeja en cierta manera a la inteligencia humana. Ya está presente en nuestras vidas, pero su ámbito de aplicación crecerá cada vez más en un futuro próximo, siendo cada vez mayor en campos como el financiero, educación, industrial, transporte, sanidad, seguridad y un largo etcétera.

Tras las disputas por la hegemonía en la tecnología del 5G, el nuevo campo de batalla es el de la IA. China está decidida a ser líder en su desarrollo y EE.UU. quiere serlo también y reforzar su postura contando con la colaboración de la Unión Europea. El que gane esta carrera dará un paso importante para el liderazgo mundial, no solo por el desarrollo de la tecnología sino por asegurarse su implantación en los países de su zona de influencia y su dependencia posterior.

En 2017 el gobierno chino publicó su estrategia "New Generation AI Development", que tiene como objetivo convertirse en referencia mundial en el uso de la IA en 2030. Desde los años 80 los gobiernos chinos han mantenido un interés creciente sobre el uso de la tecnología para incrementar su capacidad de gobernanza y hacer más manejable un país con 1400 millones de habitantes. Su siguiente paso está siendo utilizar todo el potencial de la IA en el mayor espectro de aplicaciones posible.

En Estados Unidos a principios de 2019 el presidente Trump firmó una orden ejecutiva destinada a mantenerse en la vanguardia de esa tecnología y la nueva administración acaba de destinar 50.000 millones de dólares para dar un mayor impulso a su desarrollo y obtener una ventaja tecnológica competitiva con respecto a China.

Son muchas las ciudades en el mundo que están empezando a instalar equipos con tecnologías de IA para una mayor vigilancia y control de la población que permiten la observación constante y monitorizar sus comportamientos para anticipar los que sean sospechosos o potencialmente peligrosos (el concepto de safe city o ciudad segura). Otro ámbito donde también se está empezando a aplicar es en la automatización de procesos como el control del tráfico, gestión de residuos, distribución de electricidad o agua, etc. (el concepto de smart city o ciudad inteligente).

La aplicación de la IA es muy amplia y una de las partes más sensibles es en el ámbito de la seguridad y el control de la población. En China hay una menor resistencia social que en el caso de los países occidentales donde hay unos límites relacionados con la privacidad y su utilización debe basarse en valores democráticos, porque la competencia en IA lleva aparejada también una competencia de valores (¿autoritarismo digital o democracia digital?)

En China la pandemia ha supuesto la excusa perfecta para utilizar todos los instrumentos posibles para evitar la transmisión en base a un mayor control de la población y sus movimientos y su nivel de aceptación ha sido muy alto por la percepción de los ciudadanos chinos de sus indudables beneficios en la lucha contra la pandemia. Dentro del bloque occidental hay ciertas reticencias porque en Europa hay una legislación muy estricta en materia de privacidad y en EE.UU. también, aunque son más permisivas.

El uso de la IA plantea además de los problemas con la privacidad otra cuestión de fondo que es la transformación social que puede producir. Se están empezando a publicar algunos estudios sobre su influencia en el mercado laboral y en uno reciente se indica que en 2030 varios cientos de millones de personas en el mundo se verán forzadas a encontrar nuevos empleos a causa de la automatización de los procesos.

Cada vez más la producción industrial está en manos de máquinas controladas por IA, también muchos servicios que gestionan datos y relaciones con personas. Sin duda la IA es el futuro y la automatización incipiente que ya se está produciendo es solo la punta del iceberg de lo que vendrá en los próximos años. La adaptación a esos cambios no será sencilla, llevará tiempo y tendrá un coste que habrá que asumir. Ya lo estamos empezando a ver.

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