Tribuna

Juan José García

Experto en Inteligencia Económica y Competitiva

¿Qué hacemos con el cambio climático?

La región mediterránea es una de las regiones europeas con mayor vulnerabilidad frente al cambio climático y lo constatamos en España

¿Qué hacemos con el cambio climático? ¿Qué hacemos con el cambio climático?

¿Qué hacemos con el cambio climático?

En los últimos días diversos medios de comunicación se han hecho eco de la reciente publicación del libro de Bill Gates "Cómo evitar un desastre climático", que lleva como subtítulo "Las soluciones que ya tenemos y los avances que aún necesitamos". En alguno de los artículos que hacían referencia al libro figuraba una frase del filántropo estadounidense en la que decía: "el cambio climático es más difícil de resolver que la pandemia actual, pero si no lo hacemos los efectos negativos serán mucho peores".

A pesar de los negacionistas de siempre, nadie duda de que el cambio climático es una evidencia que nos está afectando de muchas maneras y seguirá haciéndolo en el futuro. Es cierto que en la evolución de nuestro planeta ha habido etapas más cálidas o más frías, pero el problema ahora es que los efectos causados por la especie humana han acelerado ese cambio y ello está provocando unas consecuencias que ya son preocupantes y lo serán más todavía si no se toman medidas más drásticas.

Una referencia fundamental en este ámbito es el acuerdo de París sobre el cambio climático de 2015, que fue firmado por 196 países y cuyo objetivo es limitar el cambio climático y la reducción de los gases de efecto invernadero lo antes posible para alcanzar un clima mundial neutro en 2050 (climate neutral world), emitiendo la misma cantidad de CO2 a la atmósfera que la que se pueda absorber por distintas vías.

La Unión Europea aprobó en 2013 la Estrategia de adaptación al cambio climático (EU strategy on adaptation to climate change) y en diciembre de 2019 presentó el Pacto Verde Europeo (European Green Deal ) que marca como uno de sus objetivos que la UE sea neutra en 2050 mediante la disminución de la contaminación y ayudando a las empresas para que usen productos y tecnologías limpias.

La Estrategia de Seguridad Nacional española de 2017 señala que "el calentamiento global influye en todo, desde la inmigración a los conflictos regionales, con el agua como uno de los factores clave, y está pasando a ser un aspecto directamente vinculado a la seguridad nacional". También menciona que "el cambio climático es una pieza clave de la seguridad con importantes repercusiones políticas, económicas y sociales en el corto y en el largo plazo".

La región mediterránea es una de las regiones europeas con mayor vulnerabilidad frente al cambio climático y lo constatamos en España donde vemos que el incremento de las temperaturas tiene como consecuencia una mayor frecuencia e intensidad de diversos fenómenos meteorológicos extremos, el aumento del nivel del mar, la contaminación de los océanos, la desertificación cada vez mayor en algunas regiones, la disminución de los recursos hídricos o la propagación de enfermedades.

El crecimiento de las emisiones de CO2 es constante y, a la vez, el consumo de energía va en aumento. Cada día se contamina más y a ello hay que unir la reducción de las masas forestales y la degradación de los océanos, que son grandes depósitos de CO2, y el reducido porcentaje de residuos que se reciclan. Si, además, pensamos en el tercer mundo, donde no reciclan tanto como nosotros o reducir sus emisiones afecta directamente a su desarrollo, convendremos que no resultará sencillo que se alcance la meta del clima mundial neutro en 2050.

Desde hace tiempo son muchas las instancias internacionales que abogan por un cambio radical del modelo energético y pasar de las energías procedentes de los combustibles fósiles a otro tipo de energías mediante una transformación tecnológica que facilite el acceso a una energía limpia, confiable y asequible. Parece un tema imposible de resolver, pero ya se ha iniciado el cambio y la capacidad del mundo para la innovación es muy grande y si dedica todo su esfuerzo a este objetivo debería ser suficiente.

Personas de la talla de Bill Gates, así como otras también muy influentes, sirven para que se tome una mayor conciencia de los efectos del cambio climático y favorecen la investigación de nuevas tecnologías. Es cierto que se están tomando medidas y cada vez estamos más concienciados de la importancia de este problema, pero no hay más remedio que pisar el acelerador de los cambios o las generaciones que vengan después de nosotros sufrirán las consecuencias.

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