Tribuna

TRINO TORTOSA

Galerista

¿Qué haréis con mi voto ?

Al final de las elecciones generales del 28 de abril serán las alianzas de partidos las que decidan, realmente, la verdadera dirección de tu voto, aunque no te guste

¿Qué haréis con mi voto ? ¿Qué haréis con mi voto ?

¿Qué haréis con mi voto ?

Despejada ya la incógnita sobre la celebración o no de elecciones generales, mas allá de opinar si la fecha elegida por Sánchez es el 20 de abril, el verdadero y profundo sentido que a mi juicio va a tener el acto electoral es que se va a poner y someter a la decisión de los ciudadanos la respuesta que los distintos candidatos a la Presidencia del Gobierno van a dar a una pregunta que el votante se hará a sí mismo en el momento de comparecer ante las urnas. ¿Qué hará cada uno de los candidatos con mi voto?

Hasta ahora y máxime en la pasada era del bipartidismo, PSOE y PP, alternándose en el gobierno de la Nación, con las respectivas alianzas que el Gobierno elegido democráticamente en las urnas pactó a posteriori de las elecciones con los partidos nacionalistas y soberanistas en las situaciones en que no lograron la mayoría absoluta en las urnas, consiguieron sacar adelante determinadas medidas de gobierno que por si solos no podían alcanzar pero que a medio y largo plazo nos han conducido a las presente situación paradójica de que la misma agrupación de partidos dispares que propiciaron la moción de censura al Gobierno de Rajoy hayan sido los mismos que han motivado la caída de Pedro Sánchez.

Sin embargo, en el actual momento político, con la entrada en la lid política de cinco partidos aspirantes al Gobierno de España, el elector debe ser consciente de que, además del acto físico que representa su voto para una determinada opción política, tendría que saber cuál va a ser el uso que los dirigentes de la opción que vota hará del mismo una vez pasadas las elecciones; cuestión que a mi juicio tendría que ser determinante al momento de inclinar su voto hacia un partido u otro, máxime cuando es criterio generalizado que, el futuro gobierno que se forme deberá constituirse en base a los pactos electorales que se formen después del recuento de los respectivos votos electorales, alianzas que deberán fraguarse con posterioridad al mero recuento electoral y que, en estos casos, siempre se realiza por los cuadros dirigentes de los partidos y que no son sometidos a refrendo de los ciudadanos que previamente les han votado.

Inmediatamente después de ver y escuchar al todavía Presidente del Gobierno, finalizado el anuncio electoral con un panegírico de mas de veinte minutos dirigido a la mayor honra y gloria de sus ocho meses de gobierno, lleno de apelaciones genéricas a su decidida y valiente actuación en aras de recuperar la pérdida de libertades y su acción frente a la, en su criterio, nefasta actuación del Gobierno anterior de Rajoy, ha iniciado, de hecho, su campaña electoral que entiende le llevará nuevamente a la Moncloa. Pero, ¿en quiénes se apoyará para lograr de nuevo el sillón de mando del país?

Dando, por supuesto, que tras su fugaz presidencia solo se abren ante Sánchez, dos posibilidades: La primera de ellas es reeditar el acuerdo con Podemos que fue el único partido que de forma constatable le ayudó para redactar su proyecto de Presupuestos Generales del Estado; eso sí, a cambio de incluir medidas sociales que en su mayor parte provenían del propio Podemos, incluyendo a esta alianza el apoyo de los partidos independentistas con los que al menos, aparentemente, ha roto relaciones y que en realidad le han dado la coartada para presumir ante el pueblo español de que no tienen base las acusaciones contra él; tales como traidor, felón, o destructor de la Unidad de España, puesto que no ha cedido a los planteamientos del separatismo.

La segunda posibilidad consistiría en sumar a los escaños conseguidos por Pedro Sánchez, los que pudiera obtener Ciudadanos con el apoyo casi cierto de Podemos y sus confluencias.

Esta última hipótesis choca frontalmente con las manifestaciones precias de Albert Rivera que señaló reiteradamente que no pactará con Sánchez; pero últimamente ha dejado entrever que podía estar abierto a apoyar al PSOE sin Sánchez, poniendo una clara diferencia entre el "Sanchismo" y un PSOE netamente constitucionalista.

¿Quién le pone el cascabel al gato para eliminar a Sánchez del futuro Gobierno?

No lo serán, previsiblemente, los Barones socialistas; pues jugarán a su beneficio propio en las futuras autónomas y municipales.

En definitiva, el ciudadano deberá ser consciente de que su voto no solo será a un partido político, sino a las futuras alianzas que se establecerán inmediatamente después de acabadas las elecciones generales.

¡Qué bueno sería que el interés partidista no se impusiera al interés general!.

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