Tribuna

Javier Soriano

Coronel de Infantería DEM en reserva

Del héroe Cortés al traidor Bolivar

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Del héroe Cortés al traidor Bolivar

Este año se cumplen los 500 de la conquista de Méjico por Hernán Cortés. Partiendo de Santiago de Cuba, en la primavera de 1519 él y sus hombres desembarcaron en el continente americano y en menos de 3 años derrotaron al Imperio Azteca, un hito fundamental en la historia de nuestra Nación y de las hispanoamericanas. Cortés acabó con el imperio de Moctezuma con un ejército de apenas seiscientos soldados españoles. Pocos sucesos hay en la historia tan difíciles de explicar como la sumisión del jefe azteca, en medio de su pueblo y disponiendo de un gran ejército, a Cortés y unos pocos centenares de hombres.

Su arrojo y temeridad han hecho de él un símbolo de nuestra Nación y, por ello, objetivo de la "leyenda negra" que nos achacan. Los logros de Cortés hoy son denostados, manipulados y presentados por algunos de nuestros propios compatriotas como las acciones de un fanático religioso, cruel y avaricioso. Nada más lejos de la realidad. Parece que cuanto más grande es la sombra que una figura proyecta, más se ha de trabajar en sus cimientos para derribarla, no sólo por nuestros enemigos, sino por compatriotas contaminados por la exitosa propaganda de la "leyenda negra". Y a pesar de que en Cortés destaca su constante aplicación de la diplomacia y de su interés en permitir la fusión de las sangres y la aparición del mestizaje, con el surgimiento del indigenismo en el siglo XX, aparecieron numerosas obras en contra de su legado e, incluso en 1921, al recordarse el Cuarto Centenario de la Conquista de Méjico, el Ayuntamiento de Guadalajara (Jalisco) fundamentó su oposición a un monumento para el Conquistador, proyectado en la Ciudad de Méjico por la Unión de Ayuntamientos Mejicanos, concluyendo que no procedía erigir un monumento a un sádico asesino, traidor, codicioso y ladrón.

Pero sus enemigos no pueden ocultar que Cortés fue el fundador de una gran Nación en la que se habían de fundir, bajo el signo de Cristo y por la lengua de Castilla, la cultura de aztecas y mayas con la cristiana. Y es preciso no olvidar que en esta empresa le ayudaron los propios indígenas, que lucharon a su lado con lealtad y valor. Y si en la gran aventura de la conquista de América, a Cristóbal Colón le correspondió confirmar que navegando hacia occidente se había de llegar al extremo del Asia oriental, y Américo Vespucio el que definió las tierras descubiertas como un nuevo continente, a Hernán Cortés le correspondió el descubrimiento de importantísimas culturas americanas, capaces de crear conjuntos arquitectónicos, complementados con la escultura y la pintura, comparables a lo más prestigioso del continente europeo. Grandes imperios teocráticos con una poderosa organización religiosa, social y política.

El choque armado entre el poder local y los descubridores españoles fue inevitable, como también lo fue la victoria de los nuestros, con una cultura y capacidad tecnológica superior. La conquista de América en el siglo XVI generó una de las mayores transformaciones que registra la historia universal, con la

evangelización de los indígenas, con la fundación de ciudades comparables con los más famosos conjuntos urbanos de Europa y con la organización política, religiosa, cultural y militar del continente según los patrones de nuestra Nación. No es descabellado afirmar que sólo Roma puede gloriarse de haber llevado a cabo, cientos de años antes, algo semejante. Pero también el descubrimiento de América generó una enorme transformación en nuestra Nación, con una poderosa vitalidad en todos los aspectos, engendrando un Siglo de Oro en la literatura y el arte.

El historiador John H. Elliot afirmó: "para mí, la historia de Méjico es al mismo tiempo una historia de ruptura y de continuidad: ya existía una gran estructura en las sociedades precolombinas, cuya herencia en parte pervive, a la vez que los españoles buscaron su conservación. Hay una continuidad, a la que se suma toda la nueva orientación que dio la Conquista española". En el parque del Oeste de Madrid hay un monumento dedicado al "libertador" Simón Bolívar. No es el único levantado en su memoria en España, también lo hay en Cádiz, en Sevilla o en Barcelona entre otras localidades, siendo Bolívar como fue, 300 años después de Hernán Cortés, un español criollo traidor a su Rey. Pero de la impresionante figura del Conquistador, pocos monumentos. El Quinto Centenario de la Conquista de Méjico debe servir para poner en valor una de las figuras más importantes de la historia universal.

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