Tribuna

Juan José García

Experto en Inteligencia Económica y Competitiva

La importancia del programa nuclear iraní

El aumento del número de países con armamento nuclear en el mundo ha supuesto un incremento del riesgo de un conflicto nuclear

La importancia del programa nuclear iraní La importancia del programa nuclear iraní

La importancia del programa nuclear iraní

Los medios de comunicación se han hecho eco recientemente del asesinato del que denominaban "padre del programa nuclear iraní". La noticia puede parecer una más de las que se producen periódicamente en los países de Oriente Medio, pero esta tiene otra dimensión porque está relacionada con el interés de algunos países por detener el programa nuclear de Irán e impedir que llegue a disponer de armamento nuclear.

Precisamente para impedir el acceso indiscriminado al armamento nuclear, en 1970 entró en vigor el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que es la piedra angular de los esfuerzos mundiales para prevenir que las armas nucleares se sigan propagando, fomentar los usos pacíficos de la energía nuclear y promover el objetivo del desarme nuclear.

En ese momento había cinco países con capacidad nuclear: EE.UU., Rusia, China, Francia y Reino Unido, reconocidos por el TNP y que el objetivo final sería que decidieran renunciar a él. Al margen del TNP hay cuatro países que han conseguido desarrollar sus propios programas de armas nucleares: Israel, India, Paquistán y Corea del Norte, que se llevaron a cabo contraviniendo lo indicado por el TNP y haciendo caso omiso a las restricciones y los controles impuestos al comercio internacional de materiales y tecnologías nucleares. Otros países también lo intentaron, pero las presiones internacionales les hicieron desistir.

En el caso de Irán, su interés por disponer de armamento nuclear ha sido combatido durante muchos años por la comunidad internacional, por considerarlo un riego de escalada muy peligroso para la zona y para el resto del mundo, pero ello no ha impedido que haya tenido grandes avances en su desarrollo, encontrándose en los últimos años muy cerca de su finalización.

En 2002 salió a la luz que lo estaba llevando a cabo de forma secreta y desde entonces ha habido muchos esfuerzos diplomáticos para detenerlo, la comunidad internacional impuso sanciones económicas a Irán, ha habido acciones contra algunos de sus técnicos más relevantes y también se usó el virus Stuxnet contra los sistemas informáticos de una de sus instalaciones más sensibles.

Desde que fue descubierto su programa secreto, Irán ha mantenido una actitud poco colaboradora, ha impedido las inspecciones obligatorias que se derivan del cumplimento del TNP y, en algunos momentos, incluso ha prohibido la visita de los inspectores internacionales a sus instalaciones.

En 2015, durante la presidencia de Barak Obama en los EE.UU., se llegó a un acuerdo entre las principales potencias occidentales e Irán para detener su programa nuclear y facilitar un régimen de inspecciones que proporcionara la seguridad de que no seguiría avanzando. Como contrapartida se acordó un levantamiento progresivo de las sanciones económicas que se le habían impuesto.

Una de las primeras decisiones del presidente Trump al llegar a la presidencia fue retirarse de ese acuerdo, por considerar que era demasiado favorable a Irán. Ahora, todo indica que con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca se podría intentar retomar el acuerdo, pero el reciente asesinato del técnico iraní y las sospechas de que Israel pudiera estar detrás de él no parece que pueda favorecer una vuelta de Irán a la mesa de diálogo, al menos a corto plazo.

El interés iraní por desarrollar su propio armamento nuclear es constituirse en la potencia regional con capacidad ofensiva y de disuasión suficiente como para influir, todavía más, en la política regional. Si llegara a conseguirlo, provocaría un grave desequilibrio en la zona y ello es visto con preocupación por el resto de los países árabes, en especial por Arabia Saudita, y elevaría la tensión con Israel hasta unos niveles que podrían provocar un conflicto militar a gran escala.

El aumento del número de países con armamento nuclear en el mundo ha supuesto un incremento del riesgo de un conflicto nuclear, de un posible uso terrorista de armamento nuclear y también que esos países puedan ayudar a otros a desarrollar sus armas nucleares de forma encubierta. La comunidad internacional, consciente de ello, está haciendo todos los esfuerzos posibles para disminuir los riesgos derivados de un mundo que sería todavía más inseguro.

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