Tribuna

José María Martínez de haro

Escritor y Periodista

La inmigración según San Pedro

La inmigración según San Pedro La inmigración según San Pedro

La inmigración según San Pedro

F UE grandioso aquel grito, !¡ que venga el ACUARIOS ¡!. Bravo, genial. Y fue cuando el humilde Pedro se convirtió en San Pedro. Hubo antes Don Zapatero que también mostraba su inabarcable humanismo, y como Sánchez han dejado a los demás como miserables egoístas mirando hacia adentro. Y Pedro mira hacia afuera con los Presupuestos del Estado repartiendo en plena euforia electoral y la Ministra/Fraila hablando en tono gregoriano sobre lo divino y lo humano. Según la O.I.M. España es ahora punto de referencia de la inmigración ilegal, país que ofrece buenas expectativas para todos los desheredados del mundo, no importa el continente de donde vengan. Don Zapatero, prodigio de inteligencia y capacidad, admitió a todos los sin papeles, sin requisito alguno, sin ninguna traba. Cuando se produjo el evidente efecto llamada llegaron centenares de miles "sin papales" y comenzó en España a expresarse cierto recelo . Las redes sociales se inundaron de argumentos comparativos respecto a los españoles en sanidad, educación, vivienda y subvenciones laborales y de otros conceptos de ayudas. Aún continúan comparando situaciones que de ser ciertas estremecen a millones de españoles . La prensa nacional publica estos días cifras sobre la inmigración ilegal y afirma que España es el primer país europeo de entrada de emigrantes. En estos seis meses del año han entrado ya 18.000 por las costas de sur, del levante , Canarias, Ceuta y Melilla. El doble respecto a 2017. Las rutas de inmigración del Niger y Subsaharianas, de Libia y Oriente Medio se dirigen ya hacia España. Las mafias organizadas también establecen contactos en las costas españolas. Italia y Grecia han pasado a segundo o tercer plano ante la firmeza de sus gobiernos, el Ministro Salvini declaraba hace días " Estos inmigrantes solo verán Italia en postales", estoy muy satisfecho con Pedro Sánchez y su generosidad. Bien, Sr. Sánchez. También algunos Ayuntamientos proclaman su voluntad sin límites; ¡!Que vengan, que vengan todos, son los más valientes, los mejores, los acogeremos!¡, gritaba Manuela Carmena en Madrid. Mejor campaña de llamada no creo que pueda existir; El Gobierno de España, Madrid, Valencia, Barcelona, Cádiz, etc , con los brazos abiertos y ceremonias de acogida. Bien, el Evangelio dice más o menos seguir esta conducta con el prójimo. Pero dicen los expertos que la palabra prójimo en el Evangelio se refiere a los próximos, es decir, a los mismos que conviven en esta tierra con este Gobierno y estos alcaldes tan magnánimos. Es decir, el prójimo son Los españoles que no pueden llegar a fin de mes. Los enfermos atentos a las listas de espera de los hospitales públicos. Los que no son atendidos con una vivienda mínima. Los que no pueden encontrara plaza en los colegios para sus hijos. Los que encuentran muros infranqueables para ayudas al desempleo y otros conceptos. Los que no tienen completos los años de cotización a la seguridad social. Los pobres de solemnidad acogidos a las ayudas de Cáritas y otras ONGs. Son millones de ciudadanos españoles, hijos y nietos de aquellos que hicieron posible el estado de bienestar y la prosperidad que deparaba cierta tranquilidad, cierta seguridad en ser atendidos en las demandas sociales. Todo esto resulta ahora cuestionado por aquello de las malditas cifras. No son 43 millones de españoles los legítimos beneficiarios de los servicios públicos que ya han pagado con anterioridad, habrá que sumar cada año, este 2018 por ejemplo más de 40.000 de inmigrantes ilegales que entraran por nuestras costas o por la fuerza violentando las vallas de Ceuta y Melilla. Y así cada año y en aumento por el nuevo efecto llamada. Conocen ellos que nada más tocar con un dedo aguas o tierra española se pueden acoger a los mismos derechos de los trabajadores, jubilados y ciudadanos españoles en la plenitud de esos derechos. Con alguna ventaja justamente no ser españoles según afirman centenares de mensajes en las redes sociales. Consecuencias de sentirse y actuar como San Pedro y San Zapatero, iluminados sin duda por el cielo desde donde la tierra es una insignificancia. Pero hay datos y cifras que casi explican la cuestión importantísima de la inmigración. Lo expone un Congresista americano con apoyos estadísticos y matemáticos de primer nivel. Afirma el Congresista que según el Banco Mundial en África hay 650 millones de personas que ganan menos de dos dólares al día. En la India hay otros 890 millones en la misma circunstancia. En Asia se suman otros 810 millones. En latino América hay otros 105 millones . En total según esta Institución internacional, en el mundo hay 3 billones de personas desesperadamente pobres. Y hay que sumar México, donde se rebasan los dos dólares/día pero no aminoran los niveles de pobreza. En total serían 3,6 billones en el mundo con cifras de ingresos similares o menores que México. Los datos oficiales de la UNESCO indican que cada año se suman a esa pobreza extrema 84 millones de personas en todo el mundo. La capacidad de acogida del mundo occidental es una media anual de un millón y medio de personas que inmigran de diversos países y continentes hacia Europa y EE UU . España ya está en el centro de esa estadística. Incluso si se lograra duplicar esta cifra de acogida no se podría corregir nada y la pobreza continuaría aumentando exponencialmente. En ciertos países de Europa se manifiesta una percepción emocional y humanitaria que no se hace compatible por razones varias con la realidad. El mundo desarrollado no podrá jamás revertir la pobreza a de esos 3,6 billones de personas que habitan en diversos continentes. No podrá jamás habilitar medios para la acogida a esa desbordante humanidad. No existen materialmente capacidades sociales, económicas o políticas para esa migración masiva. Desapareceríamos como civilización , es una conclusión entre otras inquietantes. Y una reflexión absolutamente lógica. A EE UU y a Europa vienen los más jóvenes, los más valientes, los más intrépidos, los más sanos, los más capaces ,los mas emprendedores, los mejores. Los que en esta aventura de la emigración pretenden una vida mejor para ellos y sus familias. Y dejan esos países en situación extrema, abandonados miles de millones de personas más allá de la pobreza, desesperados, sin solución alguna. Justamente estos que vienen, los que llaman con alegría misionera Pedro Sánchez y sus adláteres, son la fuerza y vitalidad, la esperanza cierta de esas sociedades sub desarrolladas, de esos países empobrecidos por las guerras o la falta de capacidad de gobierno. Ayudarles económicamente a mejorar allí mismo sus condiciones de vida es la manera más razonable, según expertos, de retener a esos jóvenes emigrantes en sus países. Si continúan llegando aquí, esos países que dejan, 3,6 billones de personas podrán conocer más miseria y desesperación. La inmigración entendida según San Pedro no parece ser la mejor solución a este gravísimo problema que afecta a toda la humanidad.

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