Tribuna

jOAQUÍN rEVUELTAS

Profesor

Una mirada. Una vida

Ahora más que nunca nuestro mundo necesita que nuestras miradas sean limpias, contagiando buenos sentimientos que curen, dibujando siempre vidas y esperanza,

Una mirada. Una vida Una mirada. Una vida

Una mirada. Una vida

Ahora que nuestras bocas están protegidas por mascarillas, los labios han quedado confinados y sujetos a una protección necesaria. Evitamos a toda costa que este monstruo, llamado coronavirus entre en nuestro interior y nos haga daño.

Nuestras bocas son volcanes que emiten sonidos creando un lenguaje verbal que hace que nos relacionemos y podamos comunicarnos los unos con los otros.

Salimos a la calle, y vemos a nuestro alrededor mascarillas acompañadas de miradas. Nuestras miradas son nuestras ventanas a nuestro mundo interior, recursos no verbales donde no existen sonidos, letras, palabras. Son sensaciones que emitimos dibujando nuestros estados de ánimos.

Hay una canción de un grupo ochentero llamado GOLPES BAJOS, titulada: NO MIRES A LOS OJOS DE LA GENTE. Escuchando esta maravillosa canción te das cuenta de su gran verdad.

A través de una mirada puedes intuir la verdad o la mentira que se esconde en nuestro interior.

En una mirada vemos la belleza de una persona, acariciamos su dulzura, nobleza y honestidad.

Las miradas son nuestras mejores armas a la hora de ligar, seducen y emiten reacciones químicas donde los reactivos y productos juegan con el sentido de la reacción potenciando el deseo y la atracción.

Hay miradas que esconden silencios, vacíos de vidas .Son proyecciones en blanco y negro que nos avisan de una depresión, soledad y el olvido de los sentimientos.

Nuestros ojos no son solo órganos visuales que detectan la luz. Su poder es mucho mayor.

Existen miradas medicinales que curan y se convierten en las mejores tiritas para curarnos el alma, otras en cambio son tóxicas y nos producen malestar, convirtiéndose en toxicidad perjudicial y dañina para nuestro bienestar mental y físico.

El poder de una mirada reside en su alma. En nuestro interior hay autopistas y autovías conectadas con todos nuestros órganos, el cerebro y el corazón son las gasolineras necesarias para conseguir sacar al exterior nuestro lenguaje no verbal.

A veces, nos encontramos con miradas que hablan por sí solas, están vivas y no necesitan palabras para conseguir descifrar toda la información que nos quieren transmitir.

Al igual que estamos pasando por diferentes fases para conseguir volver a la nueva normalidad.; nuestras miradas también están sufriendo cambios.

Hasta hace poco nuestras miradas estaban apagadas, esperaban ayuda, necesitaban ilusión, fuerza, en definitiva estaban ausentes de vidas.

El contacto visual es fundamental para conectar las miradas, son los cargadores imprescindibles para poder alimentar nuestro interior de las mejores proyecciones.

La bondad, generosidad, ayuda, honestidad, empatía, lealtad, esperanza hacen que nuestras miradas se llenen de vida, abriendo su ventana y mostrando todo lo bueno. Sin embargo la maldad, desprecio, olvido, desconfianza, desilusión hacen que nuestras miradas muestren la peor sintonía.

Ahora más que nunca nuestro mundo necesita que nuestras miradas sean limpias, contagiando buenos sentimientos que curen, dibujando siempre vidas y esperanza, salvando así a todas las miradas que están atrapadas en las redes del miedo y la desesperación.

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