Tribuna

jAVIER sORIANO

Coronel en la reserva

Las nuevas cadenas de Navarra

Las nuevas cadenas de Navarra Las nuevas cadenas de Navarra

Las nuevas cadenas de Navarra

El momento en el que se considera el principio del fin de la presencia del Islam en España es, sin duda alguna, la batalla de las Navas de Tolosa, una batalla que cambió la historia de Europa. Fue un 16 de julio de 1212 cuando tres reyes cristianos españoles aniquilaron al ejército almohade de Muhámmad an-Násir cerca de Despeñaperros. An-Násir había proclamado la yihad contra los infieles, y a tal fin había cruzado con su ejército el estrecho de Gibraltar, resuelto a reconquistar para el Islam toda la Península cristiana.

En la batalla, tropas de Castilla, Aragón y Navarra, además de voluntarios europeos que llegaron ante la llamada del Papa, se enfrentaron al ejército islámico, formado por tropas almohades, bereberes y de toda al-Andalus, al que se sumaba un cuerpo de arqueros kurdos, enviados por el califato de Bagdad al monarca almohade.

En ese momento, la situación en la Península Ibérica era la siguiente: el Norte, hasta la línea del Tajo, se dividía en cuatro reinos cristianos: León, Castilla, Navarra y Aragón. El Sur y Levante formaban parte del extenso Imperio Almohade, que no sólo comprendía al-Andalus, sino también lo que hoy es Marruecos, Mauritania, Túnez y Argel. La actual Castilla-La Mancha era en buena parte una extensa frontera, prácticamente despoblada y jalonada por una serie de castillos defensivos, en poder islámico. El Rey de Castilla, Alfonso VIII, había sufrido unos años antes (1195) una grave derrota en Alarcos. Por si esto fuera poco, el único baluarte cristiano al sur del Tajo, el castillo de Salvatierra, que había sido la segunda sede de los Caballeros de Calatrava, cayó tras una heroica resistencia en poder de an-Násir en el año 1211.

Las Navas de Tolosa fue la mayor batalla de todo el período de la Reconquista. Pero lo fundamental es que en esta batalla se demostró que la unión de los reinos cristianos era la única opción posible para alcanzar la victoria sobre el Islam. Las Navas de Tolosa abrió a los cristianos el camino de Toledo a Córdoba. Tras esta victoria, los estandartes del ejército de An-Násir se llevaron a Toledo, las cadenas que rodeaban su tienda y que el Rey de Navarra Sancho VII rompió con su propia espada, a Navarra, y el estandarte real de An-Násir, al Monasterio de Sta. María La Real de las Huelgas.

Transcurridos 8 siglos de esta batalla, sea leyenda o no lo sucedido con las cadenas que se llevó el Rey de Navarra, la Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra, de 1982, establece en su artículo 7.1 que: "El escudo de Navarra está formado por cadenas de oro sobre fondo rojo, con una esmeralda en el centro de unión de sus ocho brazos de eslabones y, sobre ellas, la Corona Real, símbolo del Antiguo Reino de Navarra". La propia Ley reconoce y justifica la presencia de las cadenas al corresponder al escudo histórico de Navarra, que tiene su origen en el escudo de armas que el Rey navarro Sancho VII adoptó como propio en 1212, tras la victoria en las Navas de

Tolosa. Unas cadenas, las de an-Násir, que fueron rotas y ganadas por los navarros gracias a la unidad y al esfuerzo conjunto con los otros reinos cristianos peninsulares frente a un objetivo común.

Pero hoy otro tipo de "cadenas" se ciernen sobre Navarra, con un primer paso para ser absorbida bajo el "paraguas" de Euskadi a través de la Eurorregión Nueva Aquitania-Euskadi, una de las 4 eurorregiones existentes, constituidas bajo la forma de Agrupación Europea de Cooperación Territorial. De estas cuatro eurorregiones, tres afectan a regiones españolas: la ya indicada de Nueva Aquitania-Euskadi (a la que ya hay que sumar Navarra), Pirineos-Mediterráneo (con Cataluña) y Galicia-Norte de Portugal, que casualmente afectan a las tres regiones españolas con mayor incidencia nacionalista.

Si el concepto de eurorregión permite una presencia en la Unión Europea (UE) y el desarrollo de proyectos con relevancia internacional más allá del papel de los Estados miembros de la UE, es decir, en este caso, de España, ya me dirán ustedes cual será probablemente el siguiente paso que se pueda dar en el desarrollo de este concepto.

Ocho siglos después, nos hemos olvidado de la unidad en Las Navas de Tolosa, principio del concepto de España, donde los navarros fueron decisivos, para pasar a entes llamados eurorregiones, o lo que pueden ser, desde mi punto de vista, los modernos "reinos de taifas" europeos en un mundo globalizado, donde esta vez a los navarros se les impondrán otras cadenas.

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