Tribuna

Miguel Iborra Viciana

Cronista

A propósito del Río Andarax

A propósito del Río Andarax A propósito del Río Andarax

A propósito del Río Andarax

Del Viejo río Andarax, que en época musulmana era conocido como wadi Bayyana y wadi Andaras, recuerdo, y así lo he narrado y en alguna ocasión lo he vuelto a escribir, que no solo para mí, sino también para otras muchas personas, escritores o no, ha sido siempre una fuente de inspiración y nunca nos ha dejado indiferentes, porque ha sido como el espejo de nuestra vida.

Recuerdo cada mañana asomando mis ojos al Tajo Macarín, y este a su vez al río y su ribera. Río Andarax, río de pocas prisas y escasa agua, aunque hubo ocasiones que desgastó sus orillas y sobreabundando su caudal arrastró argamasas, parrales y cortijos con sus animales y aperos; pero su morada permanente son grisáceas arenas, verdes taráis, firmes junqueras y otros arbustos olvidados, poblando y mordiendo su cauce. Hay que cerrar los ojos para ensayar el sueño de tornar a las gozosas costumbres que vivíamos en el río y que fueron como un lugar multiusos en Rágol.

No puedo olvidarme que hoy en el pueblo hay más silencio, más soledad y mayor distancia, pero mi corazón recuerda y tengo remansadas, en plural, las actividades lúdicas, festivas, higiénicas, agrícolas, verbeneras, de tránsito, riego, pipote, alivio, refrescantes, lavadero, juegos infantiles, merceoras y roscas de aceite, fuegos artificiales y cartuchos de dinamita y lugar de hacer la vida agradable y respirable, que tuvieron como referente el río.

Aquí tenéis mi nombre, Andarax, por la señal del agua, que fue quietud, caricia en el barbecho, música del agua con fulgor de beso. El aire huele a flores y a hierba recién chaspá. El trino de los pájaros y de estar sentados tan agustico al frescor de sus aguas canalizadas en cimbras.

En fin, todo un crecer y vivir arropado a tu envoltura, río Andarax. Ya no temo el olvido, me queda el beso de la brisa y la luna reflejada en las aguas mansas de la cimbra del Cabañil, que ambas las sueño con frecuencia y lo suficiente. Valga este acertado ensayo, oportuno sueño y feliz recuerdo, para referirme a lo que nos ocupa y preocupa.

El estímulo y la esperanza de futuro se confirmaron, en la presentación de una iniciativa editorial de monografías de la Agencia Andaluza del Agua, año 2010, sobre el río Andarax, el que fuera Consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía escribía textualmente: "Con esta obra esperamos contribuir al conocimiento del río Andarax, el río de Almería, para acercarlo a los ciudadanos y para que, en definitiva, lo sientan cada vez más suyo, algo que, a fin de cuentas, es la mejor garantía para respetarlo y conservarlo".

Sin querer ir más allá de lo que me aporta la vista y los sentimientos, esta es la razón que al día de hoy el río Andarax, a su paso por Rágol, se ha convertido con el tiempo en una naturaleza de un espeso bosque de junqueras, taráis, cañaveras, zarzas, álamos, eucaliptos, retamas, cañotas, grama, cola de caballo, mastranzos, aneas, mimbres, maleza y otros arbustos y matorral diverso. A tal extremo que haciendo parada en un camino que hay frente al pueblo, en la ribera derecha del río me encuentro con varios grupos de andarinas y comentando con una de ellas la sombra que proyectaba su frondosidad, me dice: ahí tiene que haber hasta cocodrilos, pausé un momento y le respondo quién sabe.

Es normal y parece oportuno describir a grandes rasgos, con exquisita delicadeza y franqueza, en forma de dialogo, que la memoria juega malas, muy malas pasadas, y ya lo dice la coplilla popular:

¡Qué sequía, mare mía…!

y de pronto, llueve a mares,

arrancándonos las tierras

y dejando los pesares.

Y no es de extrañar el decir y el pensar de los vecinos del pueblo que están inmersos en una situación conocida y no dejan de comentar temores y desesperos, ¡Madre, mía si un día sale el río como pasó en 1871! Porque el 4 de septiembre se llevó la parte trasera de la Iglesia y sin remontarnos a épocas tan lejanas, lo que ocurrió el 24 de diciembre de 2009. ¿Qué va a ocurrir y que nos va a suceder si un día sale el río con ganas y nos coge en esta situación?

Por otra parte, siempre que ha ocurrido algún desastre, los afectados por los daños consideraban que la falta de limpieza ha sido su causa, dado que en el cauce del río no se desarrollan labores de mantenimiento con la frecuencia que requiere este entorno acuífero. Ello explica la razón me lleva a esta manifestación y testimonio para que la recoja y atienda quien corresponda, estimando que ahora hay un nuevo y reiterado llamamiento a supervisar y admitir el consejo actuando en consecuencia y cuanto antes mejor. No se trata ahora que dejen el cauce como los chorros del oro o como un jaspe, como decimos en Rágol, pero sí en su forma natural, respetando si hay alguna vegetación protegida. ¡Mira que si soy tan afortunado y en unas semanas presenciamos grandes máquinas trabajando y vemos cumplida la realidad del feliz sueño, el recuerdo añorado y desaparece la pesadilla que este permanente quebraero de cabeza! Ahora estoy en Madrid, pero me he animado tanto que estoy pensando volver dentro de unas semanas para ver y gozar con esta añorada y urgente realidad.

Ahí lo dejo.

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