Tribuna

Manuel Peñalver

Catedrático de Lengua Española de la Univesidad de Almería

Los retos de Pedro Sánchez

Ahora, corresponde al líder conjugar el presente y el futuro con inteligencia, ecuanimidad y sentido común

Los retos de Pedro Sánchez Los retos de Pedro Sánchez

Los retos de Pedro Sánchez

El domingo 21 de mayo, día en el que se celebraron las primarias en el PSOE, fue una fecha que siempre será recordada como una ejemplar lección de democracia interna, que devolvió a Pedro Sánchez la secretaría general. «No huye el que se retira», dijo don Quijote. Los resultados hablaron por sí solos. Ahora, corresponde al líder conjugar el presente y el futuro con inteligencia, ecuanimidad y sentido común. No son pocos los retos a los que se enfrentan el Partido Socialista y la nación española. En estas primeras semanas, el político madrileño, que ha aprendido de anteriores errores, trata de cohesionar el grupo parlamentario con el fin de constituir una alternativa seria de gobierno en las próximas elecciones generales. Quiere presentarse como una opción clara frente a la derecha del Partido Popular con ideas nuevas de progreso y de regeneración democrática, que den solución a los distintos problemas que tanto preocupan a los ciudadanos: la corrupción, el sistema de pensiones, el trabajo, la enseñanza, la universidad y la investigación. Sin olvidar la amenaza independentista y el terrorismo yihadista.

En puertas está el congreso, donde deberá navegar con el mar en calma para que, de este modo, la agitación por la que ha pasado en los últimos tiempos el partido que fundara Pablo Iglesias desaparezca. El PSOE, como todos reconocemos, es una formación imprescindible en la política española y cuanto más luminoso sea su horizonte, tanto mejor para todos. Así que habrá que estar muy atentos a las ponencias de este inmediato cónclave, que tanto interés ha despertado. Pedro Sánchez, que leyó «El Quijote» en el instituto, sabrá que los temas dilectos de la universal obra cervantina son la exaltación de la libertad, el elogio del esfuerzo, la defensa de los más desfavorecidos y los valores éticos. «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres». Entre el idealismo de don Quijote y el realismo de Sancho hay un camino de síntesis, que es, quizá, una de las claves de la gran novela. Si claro es que los molinos de viento no eran gigantes, ni los rebaños, ejércitos, el flamante secretario general conoce, por experiencia propia, que la política es un camino arduo, donde hay que medir los pasos y tener en cuenta muchos refranes de la sabiduría cervantina para acertar e ir en la buena dirección. «Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro». Su postura de rechazo del referéndum en Cataluña y a favor de la Constitución se puede considerar como un gesto, que elimina algunas interrogantes.

Sánchez, que también ha leído «Macbeth» de Shakespeare y «Fuenteovejuna» y «El mejor alcalde, el rey» de Lope de Vega, es consciente de que en los clásicos están los mejores secretos y que hay enunciados que son una filosofía de la vida: «¡Dios me libre de enemistades de amigos!». Algún día, alguien escribirá el libro perfecto de la vuelta de este hombre a la secretaría general con dos argumentos sencillos, concisos, pero llenos de intención comunicativa: «No es no» y «la abstención ha permitido que la derecha gobierne». La sintaxis ha sido, esta vez, ejemplo de que la claridad, la brevedad y la precisión son las propiedades que convierten un mensaje en argumento poderoso. «No cansar. Suele ser pesado el hombre de un negocio, y el de un verbo. La brevedad es lisonjera, y más negociante; gana por lo cortés lo que pierde por lo corto. Lo bueno, si breve, dos veces bueno; y aun lo malo, si poco, no tan malo, escribió Gracián en su «Oráculo manual y arte de prudencia». El XXXIX congreso federal se celebrará los días 16, 17 y 18 de junio. Una etapa bien diferente comienza para unas siglas de tanta historia y simbolismo. «Después de la tempestad, vuelve la calma». Y, precisamente, con Pedro Sánchez, el hombre que encuentra en «El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha» el compendio de sus recientes vivencias. «Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción», dijo Samuel Johnson. Tal vez, en esos momentos en los que el realismo y el idealismo se reúnen en aras de un nuevo capítulo. Aquel que, antes que una metáfora o una ironía, es una realidad que resplandece, lejos del tiempo, en su incesante espejo. Como un fragmento que alterna mitos y razones.

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