Tribuna

José María Martínez de Haro

Escritor y periodista

Sin rubor alguno

Sin rubor alguno Sin rubor alguno

Sin rubor alguno

Sí, ya no hay duda, el social comunismo de cariz bolivariano ha irrumpido en la política española de la mano de Pedro Sánchez. Las primeras medidas de esta coalición de gobierno en armonía con populistas comunistas, secesionistas- golpistas, anti sistema y herederos del terrorismo etarra está removiendo las conciencias críticas y cínicas que se levantan airadas con protestas contra lo que sin duda se puede calificar como un gobierno autoritario. Un gobierno que no repara en las formas para invadir y contaminar órganos institucionales como la Abogacía del Estado y ahora la Fiscalía General del Estado. Queda por cumplir lo que el comunismo activo y arrogante de Podemos anuncia con gesto de triunfo; el sistema de acceso a la carrera judicial como vía directa del pleno control de CGPJ. Este gobierno es plenamente coherente con sus propias políticas clave para desmontar el sistema del 78. Nada frena el afán de ocupar los órganos de control en las Instituciones cuya propia esencia debieran garantizar el funcionamiento del Estado de Derecho y la separación de los poderes que constituyen los pilares de la democracia representativa. Pedro Sánchez con el alborozo de Pablo Iglesias, Irene Montero, Oriol Junqueras , Puigddmont, Aitor Esteban y Arnaldo Otegui han comenzado la ardua tarea de desmontar la neutralidad e independencia de los órganos de la justicia sembrando serias dudas en el sistema con el nombramiento de Dolores Delgado como Fiscal General del Estado. El hecho que Dolores Delgado fuera hasta hace días Ministra de Justicia y que se haga patente el sistema de privilegios de las puertas giratorias, incluso que esta Ministra fuera tres veces reprobada en el Congreso o que Pablo Iglesias pidiera su dimisión hace semanas, no ha sido obstáculo para llevar a cabo esta decisión arbitraria. Todo es posible en el nuevo Reino de Sánchez. Como primer aviso ya fue apartado con descaro Edmundo Bal de la Abogacía General. Y más reciente amparando a Torra decidido a no acatar las sentencias de ningún Tribunal español y negando resoluciones del Supremo.

No se conocía en los últimos de ochenta años un estado de descomposición semejante. La autocracia se adueña a pasos agigantados de un poder omnímodo arrollando sin contemplaciones las normas de prudencia y de identidad democrática y avanza sin rubor hacia un sistema presidencialista y autoritario. Con Sánchez, Iglesias, Rufián y Otegui nos acercamos peligrosamente a Venezuela y nos alejamos de Dinamarca y a los países democráticos de nuestro entorno. Las ultimas afirmaciones de la muy radical Ministra de Educación, "los hijos no pertenecen a los padres " vislumbra un horizonte donde la educación y la formación de los hijos hasta la mayoría de edad quedaría sovietizada en manos del Estado y sería arrebatada de la tutela de los padres. La nueva Directora del instituto de la Mujer declara en un video que las mujeres heterosexuales son un problema, que la heterosexualidad es un régimen regulador por excelencia y no es la manera natural de vivir la sexualidad ya que" la sexualidad es un foco de desigualdad hetero patriarcal" y que esto seguirá así hasta "que los hombres no consintamos dejarnos penetrar analmente por un "dildo" si eso place a la mujer". Esto lo dice Beatriz Gimeno que se autoproclama Ministra Lesbiana. A quien puede importar si Gimeno es lesbiana o pudiera disfrutar con otras formas extravagantes del sexo. Una tía extraña si parece cuando afirma todo esto desde una posición gubernamental. Pero la cuestión es que podría afirmar esto o lo que fuera sin que Sánchez mueva una pestaña ya que su objetivo de poder se consolida día tras día con estos socios y socias del calibre de Beatriz Gimeno and Company.

Poco importa a estos arribistas lo que dice la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo 26,3 "los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos".

Y no es cierto en modo alguno que este sea un gobierno preferido por una mayoría social. Siendo cierto que se trata de un gobierno legítimo porque es legal, también es cierto que su respaldo lo debe a la actual Ley Electoral. Los números son evidentes según el recuento de votos de las elecciones del 10 de noviembre, los votos que apoyaron a este Gobierno son 10,9 millones frente a los 11,3 millones que mostraron su rechazo, los que se abstuvieron fueron 1,1 millones de votos. Con todo, Sánchez pudo lograr su obsesiva ansia de poder y ha conformado un gobierno multifacético. Se vanagloria Pedro Sánchez de un Gobierno progresista pero el supuesto progresismo del PSOE y sus aliados; Podemos, Bildu, ERC, PNV, BNG,..etc constituyen en realidad una amalgama de intereses cuya finalidad es destruir el Estado de Derecho, la unidad territorial de España y laminar la independencia de la Justicia. Lo que ya se muestra sin rubor alguno es que ha prevalecido la ideología comunista sobre el PSOE de Sánchez ahora abiertamente rupturista. Se trata ahora que la Justicia, como órgano de contrapoder no pudiera frenar la deriva totalitaria del nuevo Estado que acarician los enemigos seculares de España, de su identidad y su integridad territorial. La injerencia del Vicepresidente, Pablo Iglesias en la Administración de Justicia con un ataque frontal a los jueces y tribunales españoles afirmando que han sido "humillados" por los Tribunales europeos, siendo una mentira flagrante avanza una muestra de hasta donde se proponen llegar en el desprestigio de la Instituciones del Estado. Y para ello el Gobierno comienza a evadirse del control legislativo trasladando los Consejos de Ministros a los martes en una escapada del control más propia de regímenes arbitrarios que de una democracia plena y constituye un fraude político en toda regla por cuanto está diseñada para lograr un poder omnímodo sin replica desde el Parlamento español. La bochornosa actitud de Pedro Sánchez anunciando con abierta sonrisa que mantendrá su agenda de reuniones con Torra, inhabilitado por una sentencia de la Junta Electoral Central corroborada por el T Supremo es una clara advertencia que los pactos soterrados con los partidos secesionistas y golpistas catalanes estará por encima de los Tribunales y las leyes. El desacato de Torra y del Presidente del parlamento de Cataluña deben parecer a Pedro Sánchez una rabieta de chavales.

Y así estamos, en plena vorágine de descomposición de la que todos somos algo culpables. Culpables directos los que tienen como único objetivo el poder como botín de reparto. Los melifluos y relativistas que se dejan llevar en la indolencia, los medrosos que prefieren mirar tras las cortinas, los que se dejan engañar mirando hacia otro lado y finalmente quienes con su miseria moral e intelectual se ponen al servicio del poder sin la debida decencia de cumplir obligaciones respecto a la crítica que corresponde a los medios informativos en cuanto a control de cualquier poder constituido como señalan todas la democracia del mundo. Un país indolente que no quiere que le anuncien un futuro ensombrecido.

Los mimbres para asentar por la vía de los hechos y sin rubor alguno un sistema autoritario. De esto ya tiene experiencia Europa, aunque después vinieran las condenas y los lamentos. Parce que la Historia no sirve de nada.

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