Tribuna

Joaquín Revueltas

Profesor

El sentir del docente

Desgraciadamente la vida y sus giros hacen que un día se tiña de oscuridad y cambien los planes y el sentido de nuestro camino

El sentir del docente El sentir del docente

El sentir del docente

H ACE pocas semanas estábamos en los colegios, institutos y universidades viviendo y disfrutando de una vida contagiada por un mundo donde nuestros alumnos eran nuestros protagonistas para poder desarrollar nuestra labor.

Desgraciadamente la vida y sus giros hacen que un día se tiña de oscuridad y cambien los planes y el sentido de nuestro camino.

Exámenes fechados, trabajos por entregar, contenidos por impartir, todo pasó a un segundo plano. El protagonista era un un dichoso VIRUS que poco a poco se iba haciendo popular en nuestro mundo.

CORONAVIRUS, su nombre, y doloroso y aterrador por la rapidez con la que se propaga su contagio.

El miedo se ha quedado viviendo en cada una de nuestras ciudades haciendo imposible el contacto humano, los abrazos se han convertido en nuestros peores enemigos y la vida circula en cada hogar.

Desde ese momento, los centros de enseñanza han sido víctimas de sus tentáculos, han cerrado sus puertas y las tizas, pizarras y pupitres se han teñido de pasado, un pasado añorado por cada profesor, alumnado y padres.

Ahora cada docente tiene que convertir su habitación en la mejor clase, ordenadores y aplicaciones como ,classroom, gmail, sites, drive, moodle , …, todas estas palabras están configurando y haciendo posible la construcción de centros online de enseñanza .

Nuestro motor cada mañana es la WIFI, esta red se hace grande y nos une a todos virtualmente. Tareas recibidas, correos y diferentes gestiones hacen posible que cada día lleguemos cada casa, a cada portátil de nuestros alumnos y hagan posible una tarea necesaria e imprescindible para continuar enseñando.

Ahora estamos viviendo una época que parece sacada de cualquier libro de ciencia ficción , las teclas sustituyen a nuestras queridas tizas, los monitores hacen de pizarras y nuestros abrazos y saludos van inmersos en esa red que circula y recorre cada mañana entrando en las habitaciones de cada uno de nuestro s alumnos. Desde aquí quiero aplaudir la labor de todos mis compañeros que tienen que trabajar ,organizar y llevar a cabo una lucha propia y necesaria para seguir cada mañana abrazando los corazones de nuestro s niños , de nuestros jóvenes haciéndoles entender que este coronavirus no puede frenar nuestra labor.

Ahora más que nunca la tecnología se viste de gala y se ha hecho visible.

Docentes, padres y alumnos hemos tenido que unirnos y aprender todas las herramientas necesarias para construir la autovía de la ENSEÑANZA.

Como profesor quiero dar las gracias a cada padre, a cada alumno por cada correo recibido cuando nos entregan las tareas y vemos el cariño y afecto que queda plasmado en cada email.

Cada mañana mi mente comienza a soñar, pasa lista nombrando a cada alumno, la clase que nos tocaba a diferentes horas, nuestros claustros, nuestros trabajos y sobre todo el calor humano y su poder siempre medicinal y necesario para hacer de este mundo un lugar más apacible.

Es curioso como los docentes echamos de menos ese ruido que a veces no hace posible el entendimiento en las aulas que con toda seguridad volveremos a escuchar.

Desde mi confinamiento quiero abrir la ventana de la esperanza e ilusión a todos los que seguimos circulando cada mañana por la autovía de la educación. FUERZA.

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