Tribuna

Emilio Esteban hanza

Abogado

La situación de España

No quisiera que surgieran indignados que, imitando a vuestro Bódalo, os echaran a mamporros. Habría que utilizar métodos legales, incluyendo la dimisión

La situación de España La situación de España

La situación de España

El gran Jurisconsulto Ulpiano proclamó los tres grandes preceptos que serían faro, luz y claridad para la humanidad, al menos, para los gobernantes y gobernados que amaban y se sacrificaban por el bien común, la pacífica convivencia y el progreso. Eran estos simples y grandiosos preceptos: "Honeste vivere", alterum non laedere" y "suum cuique tribuere", traducidos, "vivir honestamente", "no dañar a nadie" y "dar a cada uno lo suyo". En el estadio de la transcendencia, pero campo muy paralelo, el Dios del Sinaí dejó a Moisés para todos los hombres varios preceptos que se resumirían en dos: Amar a Dios, y amar a los demás, al prójimo.

No soy político, soy cristiano y jurista, y pretendo, precisamente por ello, dejarme alumbrar -aunque sin llegar a lograrlo por mis muchas limitaciones- por los preceptos y principios preinvocados. Sin embargo, el hombre evoluciona y se sitúa en formatos y estructuras y bajo normas de progreso y convivencia distintos; unas veces buenos, otras, menos buenos y otras, peores aún. En España, hemos tenido de todo en su largo devenir, pero creo que, lamentablemente, la situación actual no se acopla demasiado a los grandes preceptos precitados. Han llegado por culpa de los gestores- y quizá algo de los gestionados- a ocupar la rectoría de nuestra nación personas y grupos cuyo quehacer de mando no provoca elogios sino todo lo contrario. Desciendo a ejemplos y a acontecimientos constatables que me preocupan. Por las obras los conoceréis, dice un aforismo y texto sagrado. En la hora actual, tenemos una élite de poder, de hecho y de derecho, que nos alertaron tiempo ha cómo sería su gobernación. Unos casos: Recordemos a CARMENA que, en su afán de demoler los principios y sentimientos religiosos y la tradición sagrada de los Reyes Magos, impuso en Madrid una primera celebración carnavalesca con la excusa de "proveer de mayor interculturalidad al pueblo". O a su congénere ADA COLAU concediendo el premio "Ciudad de Barcelona" a DOLORES MIQUEL por el mérito de exponer un poema blasfemo; cerrando, sin escuchar protestas formuladas, el acto "cultural" con estas textuales y expresivas palabras: "Nos toca continuar trabajando y apostando por una cultura socialmente comprometida". El 22 de febrero de 2.016 comenté públicamente este dictatorial y delictivo acto, afirmando que "si llegan a ostentar la capacidad de dictar leyes, suprimirían el artículo 525 del Código Penal". Se ha cumplido literalmente en la sesión derogatoria del Congreso de Diputados del presente octubre de 2018. Y, continuando con la ética y justicia blasonadas por los podemitas, su colega ideológico, el maltratador BÓDALO, de Jódar, que se deshacía de sus adversarios políticos a base de palizas físicas, lesionándolos con brutalidad, fue detenido y condenado por el Juez, mientras su jefe Pablo Iglesias criticaba, públicamente, con la máxima dureza al juzgador que lo condenó; como también lo hizo Iglesias con rabiosa acritud, al juez que detuvo al clandestino portador de explosivos; dejándonos así a todos "convencidos" que, en manos de Pablo, la Seguridad Ciudadana estaba garantizada. Ahora, en 2018, cuando toca o arrebata poder, Don Pablo (siempre junto a su sumiso Jefe Oficial español), nos sorprenden, como hemos aludido, acordando derogar normas para dejar impunes a los tradicionalmente castigados en Los Códigos Penales de la mayoría de los países europeos, "que lesionan los sentimientos religiosos de los demás". Y quieren disfrazarlo de medida de protección de la libertad de expresión; pretendiendo, una vez más, neciamente, suponernos necios a todos los españoles que conocemos que la libertad de expresión tiene universalmente un límite: cuando ataca la libertad y los derechos de los demás, como ocurre en el presente supuesto. Y no contentos con este ataque a los consagrados derechos de respeto a los sentimientos religiosos, avanzan, el bolivariano Pablo y el prosecesionista y sumiso Pedro, despenalizando los ultrajes a la bandera española y otros símbolos, y las injurias a la Corona (monarquía parlamentaria votada en la Constitución por cerca del 89 por ciento de los españoles. Y, por si fuera poco, también excluyen de reprobación penal la exaltación del terrorismo. ¿Cuáles son los beneficios obtenidos con estas sabias y jurídicas disposiciones?. Preguntad a las víctimas del terrorismo que ven aumentar con tan descabellada nueva norma, el sufrimiento por la pérdida de sus seres queridos, con tener que soportar, además, a los que decidan seguir alabando y exaltando a los asesinatos y a los asesinos que arrancaron la vida de los suyos. Nunca se ha oído hablar a tanta gente, de todos los estratos, de su queja y temor por la situación creada por estos santones aprovechados (para sí, familiares y amiguetes que los sostienen).

No quisiera que surgieran indignados que, imitando a vuestro Bódalo, os echaran a mamporros. Habría que utilizar métodos legales, incluyendo la dimisión. Pero sí he de terminar, invocando, con millones de españoles, a MARCO TULIO CICERON: "¿Hasta cuándo abusareis de nuestra paciencia?.

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